Ayer debí estar muerto, haber acabado con mi vida por una vez por todas.
«Quiero seguir viviendo, aunque sea un día más... »
¿Un día más, eh? Intentemos disfrutar algo, como lugares que siempre quise ir.
«¿A parte de los abrazos de la muerte?»
Sí, por qué no.
Me vestí, me asee y salí. Caminé con las manos en los bolsillos de mi pantalón y la mirada perdida. De vez en cuando empezaba a observar cosas que nunca me habían llamado la atención, como pequeñas cosas.
Un cartel llamó mi atención: Exposición de Arte.
Arte...
—Sí, este articulo de arte tiene muchos tips.
—¿Te gusta el arte? No lo parece.
—Me gusta pintar y cosas así.
—Oh...
A mi hermano también le gustaba el arte, ¿por qué no disfrutar algo qué él disfrutaba?
Me encaminé al museo. Me encontré con variadas esculturas, pinturas muy llamativas y muchas cosas con diferente significado. Al pasar el tiempo llegué a encontrarme con una de las pinturas de Miró, sus colores resaltaban tanto que era muy difícil de quitar la mirada.
—Mjm —alguien tosió—, Mjm.
Entre una mezcla entre curiosidad y fastidio voltee mi rostro. No tan lejos, a unos quince pasos de mí, había un hombre observándome y sonriéndome con picardía.
Ciro.
Fruncí el ceño. Él seguía observándome desvergonzadamente, levantando dos veces seguidas las cejas. Volví mi mirada a la pintura.
—¿No te bastaba con acosarme ayer?—dijo.
—No te estaba acosando—contesté, algo irritado.
—Seguiré diciendo que te creo —escuché como sus pasos se acercaban a mi—, Alec.
«Mi nombre suena tan extraño en sus labios»
—Ciro —pronuncie, girándome hacia él.
—¿Qué haces aquí? —preguntó, cruzado nuestras miradas.
—¿Te importa?
—Sí.
—Solo vine a dar una vuelta, eso es todo.
—Estás... ¿solo?
—...Sí—siempre.
—¿Quieres que te acompañe?—ofreció.
—¿Qué?
—Acompañarte a dar un recorrido en este lugar, ¿te parece? Así podríamos conocernos, si tú quieres.
—¿Cómo podría confiar en ti? De seguro eres un violador o un secuestrador que me venderá al mercado negro.
—Te aseguro que soy una buena persona. Vamos, no hay nada que perder.
Entonces, accedí.
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Mis razones para mentir
Novela JuvenilLo sé. Entiendo que con el amor viene el dolor, pero... ¿Por qué debo amar tanto?