✰ 𝑷𝒂𝒑𝒂́𝒔 ✰ // Enzo F. x Julián A.

OO6

☆ día del padre ☆
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«♡»

hoy era el día del padre, primer día del padre para Enzo y Juli, quienes estaban durmiendo en su cama matrimonial mientras hacían cucharita.

Oli despertó primera como de costumbre, pero no protestó tener el brazo de Juli en su pancita, solamente abrió sus ojitos y miró su alrededor. Vió a Enzo dormido profundamente; era muy inteligente aunque no lo aparente, sin más se movió con cuidado y raramente se pudo sacar de encima el brazo de su mayor, moviéndose cuidadosamente hacia Enzo y empezó a tocar su mano, que estaba en la cintura de su esposo.

cierta molestia le generó en la pequeña Oli, por eso sin cuidado alguno, movió más fuerte –de lo que podía– al morocho.

Enzo despertó de un sobresalto al sentir como lo movían. Se sorprendió cuando era su nena, que estaba con el ceño fruncido y su boquita con un puchero; le dió ternura presenciar la molestia de Oli. Se frotó los ojos con sus manos y sonrió, atendiendo a su bebé, sentandola encima de su pecho.

— buen día, bebé. — tenía la voz ronca.

— pa. — habló la pequeña, poniendo sus manitos en el pecho contrario.

— ¿qué pasa, hermosa?, ¿todo bien? — agarró sus manitos y las acarició.

ella sonrió con el chupete en su boca y con sus piecitos indicó que tenía hambre.

— bueno, vamos a prepararte la mamadera. — dijo eso y le lanzó una última sonrisita a Oli.

se levantó, con cuidado de no despertar al amor de su vida, con la menor en sus brazos y se dirigieron a la cocina.

la sentó en sus sillita y empezó a preparar el desayuno.

la beba escuchó el celular de Enzo sonar, ella veía el aparato vibrar sobre la mesa y dirigió su mirada hacia el mayor, se movió inquietamente.

— ¡pa! — avisó y Enzo enseguida se dió vuelta.

cuando el azabache se percató de su celular vibrando en el mueble, agarró su celular, era una videollamada y leyó el nombre agendado; "mamá" resaltaba en la pantalla. Sin pensarlo más, le atendió.

— hola, ¿ma?

— hooola — extendió la primera vocal. —, mi amor, ¿cómo están?

Enzo sonrió de lado. — bien, bien. Acá estoy con Oli, íbamos a tomar el desayuno.

— a ver, mostramela a mi nieta linda.

Enzo hizo caso y señaló con el celular a la bebé que estaba jugando con sus deditos.

— hola, abu, decile Oli. — sonrió.

— hoa, bu. — balbuceó la pequeña.

— hola, mi amor, ¿cómo estás, corazoncito?, ¿qué hacés? — la mujer sonrió y soltó una risita al ver a Oli sin entender y ladeando su cabecita como un cachorro.

Enzo volvió a enfocarse. — ¿y qué onda todo, ma? — apagó la pava, que estaba hirviendo en la hornalla.

— bien, gracias a Dios. — inspeccionó el aspecto de su hijo. — ¿vos te acabas de despertar?