Capítulo 14. Ninfas

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La bestia se dejó ver totalmente y me quedé petrificada, era como un lobo pero mucho más grande, su pelo era negro intenso y tenía tres colas, y en la mayor parte del pelaje se le envolvían llamas azules, era un tipo kitsune, no sé en qué estaba pensando pero en un intento desesperado le silbé como si fuera un cachorro, esto lo hizo enfurecer más y dejó ver sus colmillos.

- Asth tenemos un problema – grité hacia la cueva – No sé qué hacer, creo que no le agradamos

No escuché ningún sonido provenir del interior de la cueva y pensé en lo peor, tal vez adentro de la cueva haya más bestias como estas y atacaron a Asth. Miré hacia todos lados ideando una forma de huir, la única opción que tenía era correr hacia los lados esperando que la suerte estuviera de mi lado, tan pronto como me moví el kitsune se abalanzó sobre mí, creí que era mi final pero sentí como mi cuerpo era empujado hacia un lado. Era Asth quien me había arrojado para evitar que el kitsune me mordiera. Asth sacó sus garras y comenzó a atacar al kitsune, quien no se le quitaba de encima, no sabía en qué ayudar, lo único que se me ocurrió fue tomar de la cola al kitsune y tirar de él. Al hacerlo el kitsune dejó de atacar a Asth, y este último lo arrojó a unos metros lejos de nosotros, Asth me indicó que me quedara detrás de él, mientras sacaba llamas de ambas manos.

La pelea parecía no terminar, ninguno de los dos se quería rendir, pero Asth ya parecía muy agotado, mientras que el kitsune se veía con fuerza aún. Asth soltó un quejido de dolor y vi que estaba herido del brazo, a este ritmo ambos íbamos a morir, y por más que trataba de pensar en algo no podía. Asth bajó la guardia unos segundos para tocarse el brazo que al parecer le dolía bastante y el kitsune se abalanzó directo sobre sobre él, no sé de dónde saqué la valentía pero al mismo tiempo yo me abalancé sobre el kitsune y los dos rodamos por el suelo, me paré rápidamente pero me volvió a derribar, Asth con la fuerza que le quedaba le lanzó una bola de fuego que lo aventó lejos de mí.

- Levántate rápido – me gritó y obedecí, estiré mi mano cuando me faltaba un metro para estar con Asth cuando de pronto volvió a gritar - ¡Milena!

Voltee hacía atrás y el kitsune se había lanzado tratando de morderme, fue como si todo fuera en cámara lenta, pude ver cada detalle de su cara y de su cuerpo, alcé mi otra mano como si eso me ayudara a detenerlo, y en un parpadeo el kitsune pareció no acercarse más y en su lugar salió disparado hacia atrás al igual que yo salí disparada hacia el otro lado, retaché con Asth quien envolvió su cuerpo con el mío, todo el impacto lo recibió él.

Nos quedamos unos cuantos segundos tendidos en el suelo, yo fui la primera en levantarme, ya no había rastro del kitsune. Miré a Asth, se veía muy adolorido, como pude lo ayudé a ponerse de pie y ambos entramos en la cueva, Asth encendió otras antorchas más, parecía que iba a desmayarse. Miré su brazo y estaba totalmente ensangrentado, no lo pensé dos veces y comencé a desabrocharle su chaleco y su camisa. Asth me apartó

- ¿Qué crees que estás haciendo?

- Haré un torniquete, estas sangrando mucho

- No es necesario – Sacó de su bolsa un pequeño frasco como de ungüento – Ayuda a cicatrizar rápido, es mágico, solo debo ponerla en mis heridas – Abrió el frasco y trató de echarse un poco en sus heridas, pero no pudo, le arrebaté el frasco

- Tal vez es por la adrenalina que no lo sientas, pero el kitsune te arañó la espalda, déjame ayudarte – Asth se sentó y se quitó su ropa para que pudiera echarle el ungüento, inicié echándole en el antebrazo al nivel del bíceps y después continué en su espalda. Siendo sincera nunca había visto a un chico con el torso desnudo, "se nota que se ejercita" pensé y cuando me di cuenta de lo que había pensado me puse roja, sentía toda mi cara caliente hasta las puntas de mis orejas. En ese momento agradecía que Asth no estuviera mirándome.

ASHKALY: en búsqueda de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora