Capítulo II. Aclarando el panorama

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Armando está a punto de irse tras de la ambulancia cuando Marcela lo intercepta en el camino y empieza a reclamarle.

Marc: ¿A dónde vas? ¿No irás a acompañar al garfio? Yo te iba a pedir que vallásemos a almorzar juntos para hablar de la boda y los preparativos.

Arm: Marcela, no voy a ir contigo a ninguna parte. Me voy a acompañar a Betty hasta que lleguen sus papas y voy a estar con ella. No sé si lo sabes, pero Betty se estuvo matando, haciendo horas extra y trabajando al 100% para ayudar con el lanzamiento. Encima tiene que hacer doble trabajo ya que la peliteñida se la pasa mirando revistas o chismoseando en tu despacho. Por eso se indispuso. Por trabajar hasta colapsar. Y no intentes defender a tu amiguita ya que sabes muy bien que Patricia es la secretaria que más cobra y la que menos trabaja. Ni siquiera llega a su hora.

Pat: Armando, es que yo tengo otro estatus. Yo...

Arm: Cállate ya Patricia. Ve a tu escritorio y no te muevas de ahí hasta la hora de salida. GUTIÉRREZ, si Patricia sale de su escritorio si quiera para ir al baño le redacta automáticamente la carta de despido. ¿Oyó?

Gut: Yes, Mr President. Entendido señor.

Armando llega a la clínica y pregunta por Betty. Le dicen que debe esperar afuera mientras los doctores la examinan. Se sienta y trata de relajarse mientras toma un café de máquina. En eso suena su celular. Abre el maletín y atiende. Es Mario quién lo llama.

Mari: Al fin me atiende alguien. He llamado a la empresa, pero nadie me atendió. ¿Está en su despacho?

Arm: No Calderón. Estoy en el hospital. Betty se indispuso y la han tenido que trasladar. Después lo llamo que no estoy para sus preguntaderas.

Mari: Espere, hombre. Dígame, ¿recibió el paquete?

Arm: ¿Qué paquete? No ve que estoy en el hospital. Respete.

Mari: Pues es que yo le deje un paquete. Una bolsa verde con los detalles para Betty y una carta. Lo digo para que no vaya a encontrar la bolsa su prometida o Patricia chismosa Fernández.

Arm: Ya, ya. Después me fijo si vuelvo a la empresa. Ahora lo dejo que en cualquier momento vienen los médicos.

Mari: Bueno. Y no me la descuide a vampirin. ¿Es grave? Mire que ella es la dueña de la empresa. ¿Si se muere o le pasa algo que hacemos hermano?

Arm: BASTA Calderón. Betty no se va a morir. Y lo que menos me importa ahora es la maldita empresa. Chao.

Armando corta la comunicación y se queda preocupado. De pronto se acuerda del sobre que guardó apresuradamente en su maletín antes de salir. Lo saca y ve su nombre escrito con la letra de Calderón. Será parte del famoso paquete de Mario. Lo abre y cuando empieza a leer casi se desmaya. ¡Claro! Ahora todo tiene sentido. Betty estaba en el despacho con un papel blanco en las manos. Seguro que leyó esta maldita carta y por eso se indispuso. Maldito Calderón. En esos momentos salen los médicos pidiendo por los familiares de Beatriz Pinzón. Armando se acerca a ellos para informarse. Los papás de Betty no han llegado todavía. El hospital está bien lejos del barrio de Palermo y además hay mucho tráfico. Armando logró llegar rápido ya que iba pegado a la ambulancia que se abría camino.

Méd: ¡Familiares de Beatriz Pinzón!

Arm: Soy yo. Sus padres no tardan en llegar. ¿Cómo se encuentra? ¿Está bien? ¿Está fuera de peligro?

Méd: Mire señor, su esposa está bien. De momento le ha subido la presión y todavía está algo sedada. La hemos trasladado a una habitación. No creemos que corra peligro. Acompáñeme. Ahora que comience a despertar le haré un examen neurológico.

¡Ya no me importa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora