Carita de Angel |Harry/Liam/Zayn|

25.

Zayn abrió los ojos un poco cuando sintió la cama moverse, su visión borrosa le dio una imagen sin nitidez de Liam sentado en el borde de la cama, observando el suelo. Podia sentir la confusión y frustración saliendo en oleadas del castaño y por un momento tuvo el impulso de llegar al chico para preguntarle que le sucedia. En su lugar, solo se quedo quieto, cerrando los ojos cuando Liam arrojó una mirada en su dirección.

Escuchó al castaño ponerse de pie, el sonido deslizante de la ropa y luego pasos, desapareciendo detrás de la puerta cerrandose. El moreno esperó solo unos segundos antes de volver a abrir los ojos, mirando la madera que Liam habia puesto entre ellos. Ya no sabia como tratar con él, lo estaba intentando duro pero en momentos como ese solo queria golpear al chico en la cabeza.

Un gemido suave por parte Harry lo hizo voltearse hacia él, observando la naricita arrugada del menor. Seguramente en su sueño habia sentido como una de sus parejas habia salido de la cama, se habia alejado de ellos. Suspirando, enroscó su brazo alrededor de la delgada cintura y tiró al rizado contra su pecho, envolviendolo en un apretado abrazo. El suave calor del menor hizo que su corazón se relajase un poco, de nada valia alterarse por Liam, encontrarian la forma de hacerlo funcionar.

Las plumas rojas llamaron su atención, las alas del chico estaban plegadas contra su cuerpo y sabia que tendria que decirle a Liam que enseñara al rizado a hacerlas desaparecer y desplegarlas cuando las necesitara. Él no tenia alas pero sabia que habia un procedimiento a llevar a cabo para lograrlo. Por ahora, solo se dedico a acariciar las suaves plumas con la punta de sus dedos.

Rojas. Un rango alto para alguien tan joven. Un sanador. Harry seria quien se encargaria de los corazones rotos, algo ironico teniendo en cuenta lo que sucedia. Seguramente se le iba a enseñar a buscar a las almas gemelas o al menos compatibles. Debia ayudar a las personas a encontrar la felicidad nuevamente luego de una desilución.

—¿Zayn?

La voz adormilada de Harry lo hizo sonreir—. Hey —paso su mano a través de las plumas, viendo a Harry estremecerse—. ¿Son sensibles?

Los grandes ojos verdes se estrecharon en su dirección—. ¿Tu que crees?

—Que va a ser muy divertido espolearte con ello.

Harry rodó los ojos antes de mirar sobre su espalda, un ceño en su rostro mientras susurraba—. Realmente tengo alas.

—Sep, si las tienes.

Volvió a mirarlo—. ¿Por qué las tengo?

—Uh —se detuvo un momento—. ¿Tengo que darte toda la explicación nuevamente? Pensé que ya lo habias entendido.

—No pensé que realmente fuesen a crecerme alas. —susurró, aun pareciendo sorprendido—. ¿Por qué son rojas?

—Por tu rango. —explicó—. ¿Recuerdas? Te lo explicamos antes.

—Oh si —asintió, estirando su mano e intentando llegar a sus alas. Logró alcanzar una pluma con la punta de sus dedos y tiró de ella. Zayn palmeo su mano y la quito, logrando que el rizado lo mirara con el ceño fruncido—. ¿Por qué hiciste eso?

—No las jales, podrian caerse y estariamos en problemas.

—¿Uh? ¿Por qué?

—Eres un sanador, Harry, ya no quedan muchos como tu —explico—. Las plumas de tus alas sirven para muchas cosas y hay personas malas que harian cualquier cosa por tener una de ellas.

—¿Cual será exactamente mi trabajo?

—Reparar corazones rotos. —dijo con simpleza—. Hay más cosas incluidas pero dejaré que alguien más informado te lo explique luego.