34.

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—Por favor, Harry, ya deja de llorar.

Liam acunó mejor a su llorosa pareja, enviandole una mirada confusa a Zayn que el moreno correspondió de igual manera. Ninguno de ellos sabia lo que habia sucedido con el chico durante su prueba, él solo habia pedido volver a casa y en cuanto estuvieron en ella, solo comenzó a llorar como si la vida se le fuese en ello. Decir que estaban confundidos por la actitud del chico era un eufemismo.

El rizado no parecio ponerle mucha importancia a sus palabras ya que se aferro con más fuerza, escondiendose contra el pecho del mayor como si así pudiese detener al mundo de llegar a él. A Liam no le molestaba pero estaba preocupado por el chico, Harry no habia llorado ni una vez desde que habian llegado con él, esto era extraño, por lo general estaba sonriendo o intentando levantarles el animo a ellos. Simplemente, no encajaba.

—Harry, lucesita —Zayn se arrodillo frente a ellos, alcanzando las manos del menor y rodeandolas con las suyas—. Necesito que me digas que sucede, cariño, no puedo hacer nada para hacerte sentir mejor sino me dices lo que te tiene tan mal.

—Yo...el bebé... ellos... —los sollozos destrozaron las palabras del chico, su rostro estaba rojo y brillante por las lagrimas que rodaban por sus mejillas.

Compartiendo una mirada confusa con el moreno, Liam decidio concentrarse en la unica palabra dentro de los sollozos que logró comprender—. ¿Sucede algo con el bebé, Harry? ¿Esta bien?

Al no recibir respuesta, fue Zayn quien coló una mano bajo la sudadera del rizado y la colocó sobre su abdomen—. El bebé esta bien, asustado porque su papá esta llorando pero bien.

—¿Como lo sabes?

Zayn sonrió—. Si me esfuerzo lo suficiente, puedo sentir sus emociones —confesó—. Lo descubrí hace algunas noches cuando un sentimiento de frustración comenzó a golpear mi cabeza mientras dormia. Al principio pensé que era uno de ustedes pero ambos estaban durmiendo, solo me basto un poco de concentración para darme cuenta de que era el bebé.

—¿Fru... frustrado? —Harry sorbió su nariz, mirandolo confundido.

Esta vez, el moreno rió—. Frustrado y enojado porque tu te habias negado a cenar y tenia hambre.

—Oh dios —el de ojos verdes se cubrió la boca con la mano—. ¿Por eso empujaste comida hacia mi en medio de la noche?

—No me dejaba dormir. —apunto al abdomen del chico.

—No volveré a saltearme la cena. —prometio, secando su rostro con sus dedos torpemente—. Él envió cosas hacia mi cuando estuve con la diosa.

—¿Si?

Asintió—. Yo estaba pensando en ustedes y lo bien que se sentia que me abrazaran y demas, entonces una imagen llena de colores mezclados aparecio en mi mente. Me di cuenta de que venian del bebé y comencé a enviarle más cosas reconfortantes, creo que le gusto porque realmente me abrumo con más imagenes.

Ambos le sonrieron y estuvieron un momento en silencio antes de que Zayn tomara la palabra—. ¿Por qué llorabas, lucesita?

Harry tomó aire y lo soltó suavemente—. Hestia dijo que si yo no paso la prueba, me quitaran a nuestro bebé —dijo en un susurro, las lagrimas nuevamente presentes—. Yo me enoje con ella por eso y creo que arruine todo.

—¿Que hiciste?

—Le dije que se jodiera, que no podia amenazar a nuestro bebé así y sali corriendo —confesó con lagrimas nuevas, miró entre ambos—. Lo siento mucho, arruine todo y ahora van a quitarnos a nuestro bebé por mi culpa.

—No, cariño, no nos quitaran nada. —aseguró Liam, apretandolo fuerte contra él cuando comenzó a sollozar nuevamente.

—Harry, escuchame, ellos no pueden quitarnos a nuestro bebé, no lo permitiremos.

—No dejaremos que se acerque a ustedes, todo estará bien.

—Ella dijo que tenian forma de llegar a mi —susurró con voz pequeña—. Dijo que podian tomarlo y ni siquiera lo recordaria.

—No lo harán, no los dejaremos.

—Pero...

—Shh —Liam lo acunó más cerca—. Todo estará bien, podemos protegerte.

—Solo quiero que nuestro bebé este bien, no quiero que lo alejen de nosotros. —musitó, acomodando la cabeza en el pecho de Liam.

El castaño dudo un momento antes de suspirar, su madre le iba a cobrar caro por esto pero él jamás desobedecia las reglas así que esperaba que no fuese un castigo demasiado grande el que recibiria por utilizar su don. Su pareja lo necesitaba y él haria todo lo que estaba su alcance para que la sonrisa volviera a su rostro.

—Ustedes saben que el don de mi madre es la sabiduria, ¿verdad? —preguntó, ganando dos asentimientos confusos—. Una de las ventajas de la sabiduria, es saber lo que sucedera.

—¿A donde quieres llegar? —Zayn lo miró confundido.

Liam sonrió, jalando a su otra pareja más cerca hasta que el moreno estuvo pegado a su cuerpo—. Mirén esto —concentrandose, puso en marcha su don más importante y sonrió cuando funcionó—. Observen eso.

Sus dos parejas siguieron su mirada, jadeando al mismo tiempo. Un pequeño niño de rizos oscuros como la noche estaba sentado en el cesped a unos metros de distancia. Tenia lo que parecia ser un tren de juguete en su mano y lo agitaba mientras reia. Era pequeño, no parecia tener más de tres años y dado que eso era el mayor tiempo que Liam podia moverse en los acontecimientos, no le extraño.

—¡Winter!

El grito en una voz ronca cruzo el aire logrando que el niño levantara la cabeza con una sonrisa. Uno de sus ojos brillaba verde como el cesped mientras el otro era de un tono parecido a la miel. Eso solo lo hacia más hermoso, con la piel palida y los hoyuelos en las mejillas, parecia un querubin. Tenia carita de ángel.

—Es hermoso. —susurró Harry.

—Creamos algo realmente hermoso. —estuvo de acuerdo Liam con una sonrisa, apretando a sus parejas más cerca mientras el niño se ponia de pie y corria torpemente lejos de ellos.

Carita de Angel |Harry/Liam/Zayn|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora