Capitulo 1: Vida

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Cada noche, cuando Maya se iba a su habitación luego de cenar con sus padres, se quedaba algunos segundos en la entrada, admirando su lugar a veces otras convenciéndose que lo era. Era entendible ya que era el doble de su antigua habitación, con una ventana grande y un closet espacioso y con una escalera de emergencia que Shawn no estaba tan convencido de mantener, pero ella prometió que no escaparía, bueno, en ese momento cruzó los dedos, pero aun así cumplía.

Es por eso que esa noche de viernes se sentía igual que todas. Pensó en ir donde Riley, pero en la mañana, su amiga le avisó que irían por el fin de semana de Philly a visitar a sus abuelos, así que no tenía mucho que hacer.

Se sentó en su mesa de comedor esperando que apareciera su papá para cocinar la cena, pero la primera que salió de la habitación fue su mamá, con un vestido azul ajustado, y ahí se dio cuenta que tenían planes que quizá le informaron, pero no recordaba.

-. ¿Van a salir? Maya le sonrió.

-. Cariño lo puse en el refrigerador. Apuntó a una nota pegada con un imán. -. ¿Ves?, ¿No te molesta cierto?, si quieres, puedes venir con nosotros.

-. Mamá, tengo casi diecisiete, prefiero dinero para comida china. Su mama asintió y besó su frente. -. Disfruten su noche.

-. Gracias pequeña. Dijo Shawn con una sonrisa.

-. No le digas pequeña, tiene el tamaño promedio de una chica de su edad. Kathy le dio un codazo que la hizo reir.

-. Gracias ¿niña que resulta ser mi hija de tamaño perfectamente normal? ¿Mejor? Su esposa sonrió.

Luego de un rato ya estaban listos para salir, Kathy le dijo que cualquier cosa fuera donde los Matthews, Shawn le recordó que no estaba y que Minkus estaba avisado que cualquier cosa ella llamaría.

Y así, se quedó sola y sin planes un viernes por la noche.

Se quedó mirando su hogar, espacioso y cálido, Shawn había insistido en tener una casa en los suburbios, donde mi mamá tuviera un jardín y yo un lugar para pintar al aire libre, pero el sabe que puedes sacar a las chicas de la ciudad, pero no a la ciudad de las chicas.

Entró a su habitación y se acostó en la cama, aun le faltaban quince minutos a su comida según la aplicación.

Sus ojos se empezaron a cerrar cuando su teléfono sonó avisando que el repartidor estaba afuera.

Estaba apunto de abrir la bolsa cuando sintió un golpe que al principio ignoró creyendo que eran sus vecinos, pero el golpeteo siguió hasta que oyó una voz.

-. ¡Maya! La voz apenas se escuchó, pero fue suficiente para que ella pegara un salto y volteara. Pestañeó un par de veces porque sus ojos no creían lo que veían. -. Maya. Repitió, esta vez, su voz fue apenas un susurro.

Era Lucas, de todas las personas que podían subir su escalera de emergencia, estaba Lucas ahí.

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