_Adara_
Habían transcurrido varias semanas desde mi conversación con Axel, estas semanas el había Estado muy atento conmigo, salíamos en varias ocasiones y siempre me hacia sonreír, a su lado sentía que todos los problemas de mi vida desaparecían por completo.
Hoy Axel me había invitado de nuevo a aquel hermoso café al que fuimos anteriormente, estoy tan emocionada por volver de nuevo a ese lugar junto a el.
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Después de prepararme Axel me aviso que ya se encontraba debajo esperándome. Di los últimos toques a mi vestuario y tome mi bolso.
Como siempre, lo encontré recostado a su moto, vestía un jean oscuro, una camiseta negra y unos tenis grises, se veía tan guapo como siempre. Aunque había algo raro, Axel no había notado que estaba allí, solo miraba atentamente su celular con una cara enojada. El no era una persona que se enojada fácilmente, por eso pensé que debería ser algo grabe.-Axel- lo llame y el levanto la mirada hacia mi -¿ocurre algo?- Axel abrió su boca como si fuera a decir algo cuando el sonido de su teléfono lo interrumpió y una expresión de fastidio se formó en su cara
-Tranquila Adara- me dijo poniendo una mano sobre mi cabeza -Contestaré esta llamada- dicho esto, se Alejo un poco y colocó el teléfono en su oído
'¿Que es lo que ocurre?. Ya le dije que no iré a verlo ¿no entiende?, ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?, Que se muera ese hijo de perra'
Sentía a Axel gritando esas cosas por teléfono y estaba algo asustada, nunca lo había visto tan enojado, no era normal en el. Siempre desde que lo conocí a Sido un chico pacifico y con mucha paciencia, siempre está relajado ante cualquier situación pero en este momento estaba perdiendo por completo los estribos.
Axel colgó el teléfono y paso una de sus manos por su pelo, había visto antes ese gesto, lo hacía cuando se sentía frustrado o acorralado ante una situación. Se quedó mirando a la nada por un rato y después se acercó a mi. Su mirada era una extraña mezcla entre enojo y frustración. Pero cuando sus ojos se cruzaron con los míos esos sentimientos se esfumaron, solo podía ver esa mirada especial que el tenía y que solo yo podía apreciarla.
-Perdoname Adara- me dijo ya más calmado sin separar su mirada de la mía, sabía que se sentía culpable por esta situación -no debí haber actuado así frente a ti-
-esta bien Axel- puse una de mis manos en su mejilla y le di una sonrisa para tranquilizarlo -no tienes porque disculparte
-Creo que no podré llevarte hoy a ese café- pude ver un poco de tristeza en su mirada y sentí como mi corazón se estrujaba, no por el echo de no salir con el, sino que verlo triste me lastimaba de una manera que no sabía explicar -¿que tal si lo dejamos para mañana?- hizo una media sonrisa esperando mi respuesta-esta bien, no tienes porque preocuparte- acaricie su cabello y le di un abrazo, al principio note que se sorprendió pero después me correspondió -¿Sabes que estoy aquí si me necesitas?- lo mire y el sonrió
-lo se- puso su frente sobre la mía y cerró los ojos -lo se princesa- me sonroje al oír como me llamo, había empezado a hacerlo hace algunas semanas pero aún no me había acostumbrado a la forma tan linda en que lo decía -tengo que irme, prometo que te llamaré a la noche- dió un beso en mi frente y se colocó el casco dispuesto a irse
-ten cuidado- se volteo hacia mi y alzó uno de sus pulgares en aprobación, después subió a su moto y lo ví irse.
Decidí pasar la tarde viendo dramas coreanos en el televisor, pero de mi mente no podía salir lo que había pasado con Axel, ¿Que lo había enfadado tanto como para actuar así?.
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_Axel_Al despedirme de Adara, me fui en dirección a la prisión principal de la ciudad.
No me tomo mucho tiempo llegar, estacione mi moto y dejé el casco sobre ella, fui a la puerta y un guardia de seguridad al verme pregunto mi nombre y reviso en su lista, después de unos segundos me permitió pasar. Deje mi teléfono donde el guardia de seguridad y pase al lugar donde las personas se comunican con los prisioneros. Me senté en una silla y unos minutos después frente a mi, separados por un cristal estaba el hombre al que más odiaba en todo el universo y al que no dudaría dos veces en matar si tuviera la oportunidad.-Es un gusto verte aquí- dijo con su desagradable voz ronca, tenía moretones en la cara así que me di cuenta que se había metido en una pelea de presos, sonreí ante esto y me incline hacia el con arrogancia
-que lastima, no puedo decir lo mismo-
-entonces ¿Por qué viniste?- levantó una de sus cejas y yo empecé a reír como loco por su pregunta
-practicamente me rogaste que viviera a ver tu estúpida cara aunque sabes que no quería, así que estoy aquí porque ya me estabas fastidiando demasiado- le escupí esas palabras con el enojo mismo que me provocó la llamada de esta mañana
-¿Te has encontrado con mi sobrina?- pregunto con una pizca de gracia y yo solo podía verlo seriamente
-¿Es un tema que te interese?-
-Claro que si, es mi preciosa sobrina, me preocupa que esté cerca de un tipo como tu- lo perdí completamente en ese instante
-¿Un tipo como yo?- me levanté de la silla con la mandíbula tensa del enojo -¿he de recordarte que fue lo que le hiciste, maldito desgraciado?- lo miraba sin una pisca de miedo, el miedo que le tenía cuando era niño había desaparecido hace años y el se había dado cuenta de ello ya que me miró sorprendido por mi repuesta
-escuchame bien, estupido- le dije gritándole frente al cristal -ya no soy el mismo mocoso que te tenía miedo y por eso no podía defenderla, aunque algún día salgas de este lugar nunca te permitiré que te acerques a ella, porque en el momento que lo hagas voy a matarte- el me miraba sorprendido por mis palabras y yo solo deseaba poder escapar de ahí, me daba repugnancia solamente mirar su cara -y si para eso querías que viviera pues me retiro- me voltee dispuesto a irme cuando el estúpido me llamo y regrese a mirarlo -ah y una cosa más, que me vuelvan a llamar cuando estés muerto- le sonreí y me fui por fin de ese lugar.Al llegar a mi apartamento aún seguía muy enojado por todo, empecé a tirar todo lo que me encontraba al suelo y a golpear las paredes, me corté con un vidrio en la mano pero nada me importo, me sentía enojado, inútil e impotente, porque sabía que mientras ese tipo estuviera ahí no podría hacer nada y sabía también que un día lo iban a liberar, cuando ese día llegará le iba a dar lo que se merecía.
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𝓟𝓸𝓻 𝓽𝓾𝓼 𝓞𝓳𝓸𝓼 𝓬𝓸𝓵𝓸𝓻 𝓒𝓪𝓯𝓮́.
Romance¿Puede una simple taza de café unir la vida de dos personas?, el destino a dicho que si. Ella, una chica tímida, insegura y con un pasado oscuro que le hace creer que no merece amar o ser amada. Él, un chico atrevido, seguro de si mismo y deseando...