Mi querida amiga Alexa [Completa]

2. Haciendo amigas

Alexa

Vivo en un pequeño pueblo llamado Miralsot. No hay instituto aquí, por lo que debo viajar a Fraga para cursar la secundaria. Mi madre decidió inscribirme en un colegio concertado que ofrece infantil, primaria y secundaria. En ese colegio también estudia mi primo Adrián, lo que parece haber influido en nuestra elección. Personalmente, preferiría ir a un instituto de verdad donde pudiera continuar con el bachillerato después, pero no pude convencer a mi madre.

–Alexa, baja ya que nos vamos a comprar –me grita mi madre desde la planta baja.

–Creo que no pasa nada con que me quede sola una hora –respondo, intentando hacerme la desentendida.

–Vienes y punto –insiste, sin dejar espacio para discusión.

De camino al supermercado, nos cruzamos con una mujer acompañada por sus dos hijas. La mayor parece tener mi edad, y la menor parece mucho más joven.

–¡Hola! ¡Cuánto tiempo sin vernos! –exclama mi madre con entusiasmo.

–¡Alaaaa! Casi ni te reconocía –comenta la mujer, visiblemente sorprendida.

Parece que mi madre y esta mujer son viejas amigas. Después de charlar durante un buen rato, finalmente seguimos con nuestras compras.

–La hija mayor de esa mujer irá contigo a clase. Se llama Irene –me informa mi madre mientras caminamos hacia el supermercado.

–No hace falta que me presentes a mis futuros compañeros ahora. Ya los conoceré mañana –le digo, tratando de no parecer demasiado impaciente.

Mañana es el primer día de clase, y me siento nerviosa por la nueva etapa que comienza.

Irene

Las vacaciones de verano han llegado a su fin. Esta mañana, fui de compras con mi madre y mi hermana, y me enteré de que una chica nueva se unirá a nuestra clase. Me dio un poco de miedo ver a esta nueva chica con su aire de "malota". El primer día de clase se está acercando, y estoy preocupada de cómo será.

–No hagas el remolón y levántate ya de la cama. Siempre haces lo mismo –me recuerda mi madre.

–Tengo miedo del primer día –confieso, intentando expresar mi preocupación.

–Si es como todos los días –me responde con indiferencia.

Tengo miedo de lo que me dirán y lo que me harán mis compañeros de clase. Me inquieta quién se sentará a mi lado, y especialmente, qué hará Óscar si se sienta cerca de mí. Óscar tiene una tendencia a ser un matón y a hacer mi vida imposible.

–Espero que este año lo apruebes todo, no como el año pasado que suspendiste educación física por no hacer nada –me recuerda mi madre.

–¿Cómo quieres que haga algo en educación física si estoy gorda y nadie me quiere en el equipo? –respondo, frustrada. –Como nunca tengo equipo, nunca hago nada. Por eso suspendí la asignatura.

–No te he pedido opinión. Vete ya a clase que llegarás tarde –ordena mi madre.

Hoy solo vamos a pasar dos horas en el colegio, durante las cuales nos explicarán cómo será el curso. Aunque seguimos en el mismo colegio, cambiarán los profesores y el pasillo. Los de infantil y primaria están en el piso de abajo, mientras que secundaria está en el piso de arriba.

Como no tengo amigos, planeo intentar hablar con la chica nueva a la salida. Aunque su mirada de "malota" parece intimidante, quiero intentarlo.

–Hola, me llamo Irene, ¿y tú? –le digo con un tono amistoso.

–Alexa –responde de manera brusca antes de irse con un grupo de chicas populares.

Parece que la primera impresión no fue la mejor. Su primer día y ya está rodeada de las populares. Me da envidia ver cómo se adapta rápidamente.

Decido darme por vencida. Tal vez nunca tendré amigos. Cuando termine la secundaria y pase a otro lugar para continuar mis estudios, tal vez vendrá alguien de esta clase y la historia se repetirá. O si voy sola, la gente en mi nueva clase sabrá todo sobre mí. Mis compañeros tienen una manera de hablar de mí que se extiende por toda España.

Hoy empezamos con las clases de verdad. Inglés a primera hora, seguido de educación física y luego el patio. La mañana ha sido una pesadilla con mis compañeros riéndose de mí. En el patio, intentaré hablar con Alexa nuevamente. Ahora no está con las populares; está con Ariel, Lucía, Alex y Adrián (su primo). Ariel es lesbiana, Lucía es su mejor amiga, Adrián que es su primo y Alex es su mejor amigo. Forman un grupo unido y aunque parecen estar en su propio mundo, quiero intentar integrarme.

Me acerco al grupo, pero al verme, se separan. Adrián y Alex se quedan juntos por un lado, mientras que Ariel, Lucía y Alexa se agrupan por otro. Descubro que Alex y Adrián me odian. A pesar de eso, me alegra que las tres chicas, Ariel, Lucía y Alexa, me traten bien.

Además, he vuelto a hablar con Lara y Lea, quienes son españolas pero con padres rumanos. Aunque solo hablan rumano entre ellas, he logrado mantenerme en contacto con ellas. A veces, hablo con Alexa, Ariel y Lucía, pero Lea y Lara parecen celosas. No importa, si es necesario, dejaré de hablar con mis nuevas amigas para concentrarme en las que estaban conmigo antes. Les ayudo con sus deberes y apuntes, aunque no siempre recibo algo a cambio.

Alexa

Me he unido a Ariel y Lucía. No me llevo bien con las populares ni con las chicas pijas. Ariel es genial y muy amable, pero no me gusta como es Lucía conmigo.

La chica que conocí en el supermercado, Irene, parece agradable. Sin embargo, ella se junta con Lara y Lea, dos chicas que considero muy tóxicas. Quiero ayudar a Irene a salir de ese entorno.

–Sepárate de ellas –le recomiendo a Irene con preocupación.

–Son mis mejores amigas –me responde, defendiendo su elección.

–Ellas no se preocupan por ti, yo sí. Hazme caso –insisto.

–Ya me alejé una vez y no puedo vivir sin ellas aunque sean tóxicas –responde Irene, visiblemente afectada.

A pesar de que Irene tiene razón en que Lara y Lea son tóxicas, no puede desprenderse de ellas fácilmente. Me preocupo por ella, pero parece que se aferra a sus antiguas amigas.