Janeret

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Jeon Jungkook Faraón de Egipto, cabello de un oscuro negro, ojos azul fuerte  como una tormenta eléctrica, afamado por su valentía y belleza, gobernando con puño de hierro, se decía que aquel joven no tenía intenciones de darle al pueblo un heredero

Grata sorpresa se llevarían los habitantes de aquel lugar cuando el mismísimo Jeon Jungkook anunciara que uno de sus amantes sería su compañero de vida

Kim Taehyung un muchacho que era parte del Janeret del faraón, con una belleza inimaginable logro encantar al susodicho, sus facciones delicadas y un poco afeminadas, ojos de un color escarlata y una cabellera rubia que lo hacía destacar entre todos aquellos amantes del rey

Kim nunca llego a ver que el faraón llamara alguien para satisfacer sus necesidades por eso se rumoreaba que el tan afamado Jeon Jungkook no daría descendencia al pueblo

Una bella tarde en una ceremonia donde se celebraba la llegada de una nueva persona al Janerete el hermoso Taehyung se encontraba mirando directamente al faraón como si nada mas existiese, grata sorpresa fue que el faraón le regreso la mirada con una pequeña sonrisa, inclinando su cabeza en forma de respeto no volvió a mirarlo hasta que se retiraron a sus aposentos, esa misma noche lo mandaron llamar

Le dieron una simple túnica que transparentaba su acanelada piel, una pequeña diadema de flores doradas ya hacía reposando en su rubio cabello, perfumando un poco su cuerpo con esencias lo escoltaron a la habitación del faraón

-Su majestad lo espera adentro joven Kim

Y con una reverencia aquella anciana que lo condujo hasta ese lugar se retiro, con sus extremidades temblando un poco dio unos débiles golpes a la puerta, tras la puerta la voz masculina del faraón le dio permiso de pasar
Abrió la puerta haciendo una reverencia entró cerrando la puerta tras de el

-Su majestad, ¿Mandó llamarme?

Taehyung se sorprendió por lo dulce y sumisa que salio su voz, ese echo y la penetrante mirada que le dedicaba el mayor inclino su cuello en forma de sumisión

-Ven para acá Taehyung

El mencionado lo miro y sin decir nada se acercó al mayor, esté palmeo sus piernas dando a entender que quería tenerlo sentado sobre el, acatando la orden tomó asiento, con su espalda pegada a el pecho de su faraón, no espero sentir las frías manos tocando sus muslos dándole la vuelta, quedando frente a frente, el menor volvió a inclinar su cabeza dandóle una buena vista de su cuello a Jeon

-No pude quitar mi vista sobre ti toda la noche Tae

No era un secreto para nadie, ni siquiera para el, toda la ceremonia sintió esa penetrante mirada en su ser y sin pudor alguno

-Estoy a su merced su majestad

Susurro el menor mirando directamente a esos ojos azul eléctrico, las manos de Jungkook subieron poco a poco hasta llegar a su cuello y acariciar el lugar, Taehyung solo pudo estremecerse ante aquel tacto que el mayor le brindaba, cerro sus ojos dejándose hacer por el pelinegro, sintiendo besos en su mejilla esperó que no lo besara en sus labios pues no era una costumbre ni tampoco muy común, pero se equivocó pues sintió una presión sobre estos, sus ojos se abrieron en demencia por la sorpresa, las manos en su cuello le otorgaron tranquilidad y haciéndole saber que todo estaría bien, con delicadeza trato de seguir el ritmo del beso, cuando se separaron el faraón se encargó de juntar sus narices aspirando el aroma del otro, la paz reinaba en aquel lugar pero había algo que no le entraba en la mente al menor

¿Por qué Jungkook lo había escogido a el entre tantas personas de ese Janeret?

Como si el mayor fuera capaz de leer sus pensamientos le susurró

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