Ha-neul Altea Vasileiou es sin duda alguna, la reina de KISS. Lo ha sido desde que llegó al colegio en octavo curso.
Aún con esto, el comienzo de décimo curso se le complica cuando se dan una serie de circunstancias que le obligan a dejar su matríc...
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CAPÍTULO 14 | Por favor
— ¿Me estáis diciendo que comparta piso con Kitty porque su compañera de habitación ha subido un vídeo de ella durmiendo? – recapituló la griega-coreana, mirando al grupo de amigos, quienes esperaban una respuesta impacientes.
Era una situación bastante complicada. Kitty estaba desesperada. Había pasado los últimos días en compañía de una loca, y no quería que las cosas continuaran así.
Lo que la dejaba con dos opciones: quedarse con su compañera actual y seguir sufriendo las pésimas condiciones, o buscar una nueva compañera, bastante más normal.
— ¿Sí? – contestó Q en un tono más de pregunta que de afirmación, al imaginar que Altea rechazaría la oferta.
La chica apreciaba exageradamente su privacidad, y eso se le proporcionaba al no tener que compartir habitación.
Después de todo era Altea Ha-neul Vasileiou, tenía ciertos privilegios.
— ¿Y que gano yo con esto? – preguntó la morena cruzada de brazos. Si estaba dispuesta a aceptar y renunciar a sus caprichos, algo debía obtener.
— Estar en nuestra maravillosa compañía – aportó Q guiñándole un ojo a la joven, intentando que la propuesta funcionase.
Altea apretó sus labios, sin estar segura del todo del trato. Su mirada se cruzó con la de Dae, que observaba el suelo pensativo. — ¿Y tú? ¿Con qué me vas a convencer?
Esto pilló desprevenido al coreano, que abrió los ojos sorprendido por el acercamiento. — Creo que siempre es beneficioso compartir habitación, lo pasas bastante mejor que sólo.
Ese era un buen punto. Puede ser que a Altea le gustase estar sola, pero odiaba sentirse sola. Quizá en un lugar rodeada de gente esa sensación se disiparía.
Kitty miró a su novio agradecida porque estuviera apoyando la causa. Su atención se desvaneció cuando Kitty se apresuró a hablar. — ¡Y yo no te voy a incomodar!
No eran malos argumentos, sopesando todas las opciones. Q era su mejor amigo, Dae le agradaba -no con toda la situación de Yuri y Kitty-, y Kitty parecía ser una buena amiga en potencia.
Y bueno, Min Ho... era Min Ho.
— A mí no me mires – exclamó Min Ho, que había permanecido callado hasta ese momento, al notar la mirada fija de Ha-neul sobre él.
— ¿No me vas a intentar convencer? – preguntó Altea con picardía, intentando molestar a su ¿Novio?
— El único hecho de que me tendrás en la habitación de al lado debería convencerte – contestó el mayor con simpleza. Por dentro quería gritarle y rogarle a la chica que se instalara en la habitación para tenerla más cerca, pero debía disimular.
