血─── Capítulo 10.❞

65 5 11
                                    

Capítulo diez: Pasado y presente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo diez: Pasado y presente.

...•Calles de Hope's Peak.

Los rayos de la Luna iluminaban mi camino al mismo tiempo que el humo cálido salía de mi boca, mi cuerpo ligeramente temblando bajo el abrigo que me cubría. Todos los acontecimientos seguían siendo igual de abrumadores, así que opté por caminar de vuelta a la residencia en vez de pedir un taxi.

Caminé con lentitud por las calles abarrotadas, mezclándome entre la muchedumbre mientras me abría paso con velocidad entre las figuras en constante movimiento. A pesar de ser casi la media noche todos los presentes parecían tener un lugar al que ir, algo que hacer, alguien a quien buscar o esperar. Yo no tenía nada de eso, era como caminar sin rumbo mientras me aferraba a la idea de pensar de más en mis sentimientos solo que iba a traer la misma mala suerte de antes, aquella que me ha acompañado toda la vida. Pensar en mis sentimientos me hacía descuidada, y eso tiene un precio que en algunos casos es demasiado como para aguantar, el peso de mis acciones me aplasta contra el asfalto y con cada paso que doy siento como la piedra raspa mi cuerpo dejando un ardor tras de sí.

No puedo evitar preguntarme, con cada giro que doy y con cada paso hacia delante, si quizá estoy equivocada. Mi cuerpo se tensa haciendo que un pitido resuene en mis oídos, los pensamientos en mi mente saltan de uno a otro a medida que la culpa me carcomía. Quizá mi padre me abandonó por mi mala suerte, porque se pegaba a él y estaba carcomiéndole por dentro igual que a mi madre, y quizá esa también era la razón por la que estaba aquí ahora mismo, la razón por la que la miseria parecía acompañarme fuera donde fuera, quizá no es que la tristeza me acompañara si no que yo misma era la tristeza personificada.

Mis pasos se detuvieron por un segundo cuando llegué a la puerta principal, el inmenso jardín helado se abrió ante mis ojos, podía ver pequeños caminos de piedras claras abrirse paso por el jardín delantero, llevando a distintos sitios seguramente tan lujosos como el interior de la residencia. El edificio marrón estaba completamente iluminado aún siendo de noche, focos rodeándolo, indicando la atracción principal de la ciudad en todo momento.

Avancé, pasando la verja de metal y abriéndome paso por el jardín delantero hasta llegar a la residencia. Con un rápido movimiento me deshice de mi abrigo, sosteniéndolo bajo el brazo donde llegaba el maletín. Tras eso di un par de pasos, las suelas de mis zapatos resonaron por el semi-desierto vestíbulo, las únicas personas que divisé eran un par de empleados detrás del mostrados al igual que un par de guardias de seguridad.

Frente a mí se alzo de nuevo la piedra blanquecina de la estatua bajo el candelabro y ahora que la fuente en la que estaba parecía haberse detenido podía apreciarla en mayor profundidad. Se trataba de una mujer alta que portaba una larga túnica que rodeaba su cuerpo, resemblando a una estatua griego. La mujer estaba esculpida en una posición extraña y una parte de mi no podía evitar sentir inquietud cuando mis ojos se encontraron con el rostro ahora parcialmente descubierto de la mujer, la máscara de piedra que portaba ahora no estaba por ningún lado y por un segundo creí que quizá lo había imaginado.

𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞.[𝐊𝐲𝐨𝐤𝐨 𝐤𝐢𝐫𝐢𝐠𝐢𝐫𝐢]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora