MY PRINCESS( Merlina Addams x OC FEM) +18

••••••• 𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙪𝙣𝙤 •••••••

[🖤👾]—¡Mal!— Merlina exclamó con preocupación, observando como el monstruo se acercaba a su novia y ella no podía hacer nada.

—Vete, se cuidarme amor.— Mal dijo hacia la pelinegra quien no quería irse pero algo la obligó a hacerlo, la ventana se cerro, y Enid y Merlina se miraron al escuchar como Mal solto un jadeo de dolor.

—Mal dime qué estás bien.— Enid susurro para si misma.

—¡Merlina!, ¿que carajos haces?— Enid preguntó apunto de irse de nuevo hacia el carro.

—¡Iré por mi novia, Enid!— Merlina grito y corrió hacia la entrada encontrándose con Tyler mal herido.—¿Has visto a Mal?— Le dejé la linterna a Enid quien la tomó de mala gana.

—¿Estoy así y solo te importa ella?

—Podria dejarte morir solo por salvarla.— Merlina dijo con firmeza, amenazando a Tyler con la mirada.—¿De donde saliste?— Merlina preguntó hacia Xavier quien apareció de la nada.

Para nada sospechoso.

—Ten, usa esto.— Se quitó su bufanda y se la paso a Tyler quien la apretó en su herida.

—¿Merlina?— Una voz femenina susurro y la pelinegra volteo de inmediato.

—Cara mía.—Solto un pequeño susurro.

Merlina se levantó de inmediato olvidándose de todos ahí, abrazando a Mal con fuerza, tenía miedo de perderla.

El gemido de dolor de Mal, alertó a la chica Addams, quien se separó de inmediato, observándola con cuidado.

—Mal, ¿donde?— Le pregunto y la pelimorada levantó su camisa dejando ver su abdomen, este tenia una gran herida.

Enid se acercó a su amiga preocupada, quedándose atónita al ver el abdomen de su mejor amiga.

Mal se desvaneció en los brazos de su novia, Merlina la tomó de la cintura y la recostó con total cuidado.—Pasame algo, una camisa, algo.— Le dedico una mirada asesina a Xavier, Enid se quitó su sueter y se lo dio a Merlina, quien lo coloco con cuidado sin querer lastimarla más a su novia, quien soltó un gemido al sentir el suéter cubriendo su abdomen.—Nos iremos ya.

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Merlina coloco su mano con cuidado en la herida a Mal no parecía importarle demasiado.

—¿Te duele mucho?— Preguntó solo para ella.

—Duele pero estaré bien.— Merlina asintió y se recostó en la camilla al lado.

Luego de que el sheriff los haya encontrado a todos y los haya delatado con la directora, Mal estaba en la enfermería durante unos días.

—Enid se fue a tu habitación con Yoko, dijo que te utilice y te puse en peligro.— Mal noto el tono afligido de su novia y la dejo colocar su cabeza en su pecho, acariciando con cuidado su cabello.

—No lo hiciste, amor, yo no te dejé protegerme.— Mal beso con cuidado la mano de Merlina, ella no había dejado que Merlina se acercara al monstruo y no se arrepiente.

—Ella era mi amiga.— Merlina murmuró.—Goody me advirtió que estaría sola, ¿es cierto?

—Amor, yo no te dejaré sola, eres mi novia y te quiero.— Mal abrazo con fuerza a la pelinegra quien también la abrazó.

—Yo también te quiero.— Murmuró pero al escuchar la respiración tranquila de Mal, supo que ella ya se había dormido, no la había escuchado.

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Mal estaba junto a Merlina en el funeral, sosteniendose de la pelinegra, agarrando su mano sin que nadie pudiera verlo.

El alcalde había sido asesinado y ambas sabíamos que el asesino estaba aquí. No le había dicho lo que habia visto a Merlina esa noche, el monstruo se lastimó así mismo luego de arruñarme con fuerza.

Los recuerdos eran vagos y borrosos, por eso no lo había dicho, pero hoy lo hablaré con Merlina.

—Mal, ve a nuestra habitación, iré en unos momentos.— Merlina le pasó a Mal el paraguas que guardaba para ella, Mal asintió y vio a Merlina correr por el bosque.

Siempre tan curiosa, amor. Pensé la pelimorada con una sonrisa, caminando hacia la escuela.

Al llegar a la habitación, entro con cuidado, quitando sus zapatos sucios por la lluvia.

—Estaba esperando que llegarás.— Escuchó la voz de Enid y frunció el ceño.

—¿Enid?, ¿que haces aquí?— Mal preguntó con una sonrisa hacia su mejor amiga.

—Hacerte entender que Merlina no es tu mejor opción.— Mal negó levemente y le dedico una mirada indescifrable a su amiga platinada.

—Enid, entiende yo no la dejé acercarse, yo no la dejé que me protegiera, yo la saqué de ese sótano a la fuerza.— Mal confesó cansada sentándose en la cama de su novia.

—Defenderla no servirá de nada.

—Piensa lo que quieras.— Mal suspiro, odia estar enojada con Enid, pero echarle la culpa a Merlina sobre algo de lo que no tenía poder, era estúpido.

Enid salió de la habitación sin decir nada más, Mal se recostó en la cama y suspiro, tomando su teléfono y viendo algo en el, esperando pacientemente a la chica Addams que llegó poco después.

—Mal.— Saludo su novia y la pelimorada le dedico una sonrisa.

Addams se sentó en su máquina para escribir y comenzó a hacerlo, Mal la observo.

Las facciones de la pelinegra eran suaves y calidas, como una melodía, su piel tersa y delicada como una hoja de papel fácil de romper.

—¿Que tanto miras?

—A ti.— Merlina quito su cara y Mal río al observar cómo está se sonrojaba.

—Callate.— Merlina ordenó, Mal se levantó de la cama y se acercó a ella.

—Callame.— Susurro en el oído de la pelinegra, quien soltó un leve suspiro y espero pacientemente el beso de su novia que jamás llego a sus labios.

—Mal porque no me...— Merlina se dio la vuelta y antes de poder continuar se encontró con Enid delante de ambas.