✘VIDA ETERNA✘ © [SVD #3]

Capítulo 37 ✘ Cold Blood

—Inténtalo, pero no vas a llegar hasta pequeña.

Entonces Drake es el primero en moverse y  con velocidad llega hasta la esquina de la sala. Toca la pared con su mano buscando el pasadizo oculto con armas.

No obstante es alejado con brusquedad por Darren al aparecer detrás de él.

—No serán impedimento —basta un rápido movimiento para sostenerlo de la cabeza y girarla con brusquedad hasta verlo caer al suelo.

—¡Drake! —grita Mía

Tan pronto es detenida por Dean que mira a su creador inconsciente en el suelo y con odio al rey.

Darren se voltea y curva una sonrisa maliciosa.

—Te tienes que controlar o te obligaremos a hacerlo.

Esteban usa su velocidad para llegar hasta él y lo empuja bruscamente a la pared mientras lo sostiene del cuello. Ejerce fuerza para mantenerlo inmóvil.

—¡Salgan todos de aquí y protejan a la reina! —gruñe cuando Darren imita su acción y lo sostiene del cuello clavandole sus largas uñas.

—No me detendrán —con su otra mano agarra su brazo, lo aleja de él y lo gira de forma antinatural. Ignorando el grito del rubio vampiro— son inferiores a mi.

Termina por lanzarlo a una esquina y regresa la vista en una vampiresa en especial.

—Ayline —pronuncia su nombre con un toque siniestro.

Ashley se pone de pie sin embargo, Dominik aparece frente a ella.

—No intervengas Ley, haré lo posible —deja crecer sus colmillos y con velocidad lo alcanza.

Entre el ataque, logra colocar sus manos en su cabeza y usa su don al introducir cada imagen dolorosa en su cabeza.

Por un instante, Darren se debilita y con dificultad cae de rodillas al suelo.

—¡Nik ya es suficiente!

Él ignora el grito de Ashley

De su nariz se deslizan lineas de sangre y cada vez venas resaltan en su rostro ante la debilidad.

De pronto, Darren deja de quejarse, abre los ojos y estos siendo carmesí comienza a levantarse.

Y antes de atacarlo con crueldad, Dominik baja sus manos y cae al suelo.

—¡Noo!

—¡Ashley, no puedes ir! —la detiene Ana Liz del brazo y se levanta— es mi maldito padre, yo lo detengo. Cuida a mi madre.

—Liz, no

Ella ignora a Owen y se acerca a él mientras desde la esquina, Esteban se pone de pie y jala su brazo con brusquedad. Comienza a moverlo al estar nuevamente cada hueso en su sitio y se da la vuelta.

—¡Ya es suficiente! —le grita Ana Liz y se detiene frente a él.

Desde su lugar, Aylin hace el esfuerzo se levantarse e intervenir.

—Matala —escucha Darren esa vocecilla en su cabeza.

Y al instante la sostiene del cuello con fuerza. Ana Liz gruñe y lo observa fijamente a los ojos.

—No olvides que... soy tu hija —le sonríe maliciosa a pesar de las circunstancias —tan maldita como tú y si yo quiero. Harás... —tose ante la fuerza— lo que yo... diga.

De pronto su agarre comienza a disminuir. Darren sin dejar de verla a los ojos, la suelta poco a poco hasta permanecer quieto, en trance.

Enseguida Ana Liz retrocede