Capítulo Único

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Oh, ¡Hola a mi Shunuki #10! y espero se vengan muchos más.

Suave y dulcito, porque solo quiero que los dos sean muy felices amándose. 

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Sobre las seis, Shunsui es liberado de sus responsabilidades (Nanao tuvo una inusual misericordia hoy) y lo primero que hace es, por supuesto, escabullirse en el escuadrón trece. Para ninguno de sus miembros es inusual su presencia, es casi uno más, así que sin interrupciones está pronto en los aposentos de su estimado capitán.

Quiere darle una sorpresa a Juushiro con esta visita, inquieto como en sus años de estudiante viviendo su verdadero primer amor, y sigiloso cruza ugendo con una sonrisita. Sin embargo, no ve a Juushiro en su habitación, donde debería estar descansando... Tal vez debe intentarlo en otro lugar.

El sol ha bajado y el clima se volvió más fresco, ideal para pasar el rato en el jardín. Juushiro disfruta mucho de estos momentos más calmos acompañado de la naturaleza, especialmente en los días donde permanece en reposo y sin mucho más que hacer.

Y Shunsui acierta, una vez más, pero oye antes de ver. Sigue la voz, que reconocería incluso entre la multitud, y aparece al fin el hombre que tanto añoraba ver.

Vestido con esa yukata turquesa que le sienta tan bien, una pieza que él mismo eligió y le obsequió sin razón la última vez, Juushiro está concentrado en uno de sus pasatiempos favoritos: atender sus lindos bonsáis . El largo cabello blanco permanece recogido en una coleta baja, manteniéndolo fresco, y las manos ágiles de largos dedos podan aquí y allá... Todo mientras canta una tierna melodía que definitivamente favorece su voz amable y varonil.

Shunsui quería sorprender a Juushiro con esta visita, pero quien se queda sin palabras es él. Nada nuevo.

No reconoce la letra de la canción, pero pronto Shunsui se da cuenta que son palabras que Juushiro, a veces poético y sentimental, une al azar. Canta sobre sus bonsáis, de lo mucho que disfruta cuidarlos y el buen día que hace a su alrededor. Y Shunsui se queda en su sitio, su corazón rebosado de amor y ternura... Qué gusto verlo así de feliz.

Juushiro es un hombre amable y encantador, sabio y recto, el tipo ideal de muchos por ahí a los que ha robado su corazón con solo una sonrisita. Sin embargo, es Shunsui quien hoy lo admira en una escena más íntima y doméstica, uno de sus privilegios favoritos de su vida sencilla lejos de la aristocracia de su apellido.

Shunsui lo deja seguir cantando, incapaz de interrumpir su momento, y cuando la tarea se termina la canción lo hace a la vez. Es la oportunidad de Shunsui para manifestarse, lo rodea por detrás y da su saludo con un beso en una mejilla lechosa. Juushiro ni se inmuta, probablemente consciente de su presencia desde hace rato, y más bien se apoya en él.

—Qué agradable acto, guapo —Shunsui no puede callar su genuino cumplido de hombre enamorado y complacido.

—Y yo creyendo que mis bonsáis eran mis únicos espectadores... —Juushiro se lamenta, claramente fingido, dando un suspiro.

Shunsui lo compensa con un beso más y Juushiro se estremece entre sus brazos con una pequeña risa casi celestial.

—¿Te sientes mejor? —indaga Shunsui esta vez, mirándolo desde el hombro donde permanece cómodo.

—Si, mucho —la voz de Juushiro mantiene un poco de esa suavidad de su canto de recién —. Tenía muchas ganas de venir aquí.

Shunsui asiente contra el cuerpo, sabiendo que Juushiro puede sentirlo, y aprieta un poco su abrazo. La salud de Juushiro ha sido muy delicada desde su infancia, llevándolo a pasar momentos muy duros, y aun así siempre espera con ilusión poder sentirse estable para continuar con su día a día lo más normal que su condición se lo permite... Y a Shunsui le gusta complacerlo, cada vez, y hacer de esos momentos aún mejores.

—Entonces, ¿Tienes ánimos para... —una mano traviesa parece querer colarse entre las telas.

—Kyoraku Shunsui —Juushiro reclama, pero no se aleja ni alza la voz, atrapando las manos escurridizas en el acto.

—¿Qué sucede? Hablaba de ir a comer algo, ¿En qué estabas pensando? —Shunsui se hace el tonto inocente como solo él puede serlo.

—No tienes remedio...

Shunsui es quien se ríe esta vez y besa la misma mejilla un par de veces más, poco aburrido del afecto. Qué gusto estar aquí luego de un día largo y tener al amor de su larga vida entre sus brazos.

Aunque parece del tipo de muchas mujeres, Shunsui definitivamente es uno de un solo hombre... Justamente el capitán de largo cabello blanco con el que ha compartido la mayor parte de su vida, para su enorme fortuna. Si bien su relación no es precisamente pública, no hay dudas entre la gente que hay un vínculo entre los dos que va mucho más allá que una vieja amistad. Un verdadero matrimonio de ancianos , dirían muchos por ahí.

—Quedémonos aquí... —Juushiro pide en un suspiro luego de un corto silencio, poniéndose cómodo en su calor.

Shunsui besa la coronilla de blanco a su alcance, su aroma a té e incienso se cuela en sus sentidos, y está de acuerdo:

—Tu deseo es mi orden.

Aún es bastante temprano para tener una agradable velada con su amante.

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Notas finales: ¡Gracias por leer! 

Sorpresa por sorpresa | BleachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora