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—Bueno, eso fue ciertamente interesante. — dijo James cuando salieron de la clínica

Taeyong tarareó sin comprometerse, mirando por la ventana del helicóptero. Apenas podía concentrarse en lo que decía James, su corazón aún latía rápido y fuerte por su inesperada confrontación con YoonOh.

Dioses, YoonOh.

Cuando Taeyong entró en la habitación, por un momento pensó que estaba viendo cosas. No sería la primera vez. ¿Cuántas veces su corazón dio un vuelco cuando vio a un alfa alto con abundante cabello castaño?

Demasiados.

Esta vez también se había sentido como una alucinación, seguramente el destino no podía ser tan cruel, ¿verdad? Pero entonces el olor de YoonOh lo había golpeado, tan familiar y sin embargo mucho más fuerte, como todo lo delicioso y maravilloso del mundo, y las rodillas de Taeyong se habían convertido en gelatina, su descuidado lado omega despertando y necesitando. A fin de cuentas, estaba muy orgulloso de sí mismo por no revelar cuánto le había afectado la presencia de YoonOh.

—Digamos que era muy incómodo estar en esa habitación mientras tú y ese sexy doctor se involucraron en juegos verbales.

Eso sacó a Taeyong de sus pensamientos.

—¿Qué? — tartamudeó. —¿De qué estás hablando?

James le lanzó una mirada irónica. —Por favor. No nací ayer, chico. No parezcas tan avergonzado, no te culpo. Ese fue un buen espécimen de un alfa allá atrás. Fantásticos hombros. Y esa línea de la mandíbula... Estaba condenadamente bien. Me recordó un poco a Oliver en su mejor momento. No es que Oliver ya no esté en forma, pero sabes a lo que me refiero.

Cuando Taeyong siguió mirándolo completamente mortificado, James suspiró. —No tienes nada de qué avergonzarte, Taeyong. Eres un omega joven y saludable. Es natural que tengas necesidades. Sería egoísta de mi parte prohibirte que te diviertas cuando me acuesto con alguien más regularmente. Jode con el doctor caliente si quieres. Simplemente no te quedes embarazado. No voy a criar al bastardo de otro alfa.

Taeyong le dirigió una mirada ofendida. —No tengo intención de acostarme con él, así que no tienes nada de qué preocuparte.

James tuvo el descaro de mirarlo con escepticismo antes de encogerse de hombros y dirigiendo su atención a su teléfono.

Taeyong se enfureció por el resto del viaje.

No se iba a follar a YoonOh. ¡Él no lo iba hacer nunca!

YoonOh no estaba interesado en él de todos modos.

Taeyong no cometería el mismo error dos veces.

Que le rompieran el corazón una vez era más que suficiente.

❀。• *₊°。 ❀°。

Su próxima cita con YoonOh fue tres días después.

Y por suerte, James tenía asuntos urgentes que atender, por lo que Taeyong tuvo que ir solo.

—No olvides usar protección. — dijo James distraídamente, alejándose.

Taeyong frunció el ceño a la espalda de su marido. —¡No me voy a acostar con él!

James ignoró sus palabras, como de costumbre. Taeyong todavía fruncía el ceño mientras caminaba hacia su helicóptero. El viaje a la clínica pareció durar una eternidad, y de alguna manera fue demasiado corto también.

Cuando llegó, el estómago de Taeyong era un nudo de nervios. Y asquerosamente, entusiasmado.

Dioses, había pensado que había erradicado este... este patético enamoramiento, pero aparentemente más de tres años de diferencia y un matrimonio no habían cambiado nada. Su molestia consigo mismo hizo que Taeyong golpeara más fuerte de lo que probablemente debería haberlo hecho.

No va a pasar nada, se dijo y empujó la puerta para abrirla.

Blurred Lines | JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora