Los años han pasado y en Kensington ha perdurado la paz y la tranquilidad, sin embargo, de entre las cenizas surgirá un nuevo enemigo -¿o varios?- que busca recuperar lo que "por ley" le pertenece.
¿Serán capaces Daniela y María José de darle frente...
A veces mi mente no puede evitar pensar lo mucho que mi vida ha cambiado desde que conocí a María José. Todas las cosas por las que hemos pasado, todos los problemas, las mentiras, los engaños, las guerras, las lágrimas, y, sobre todo, la sangre que ha tenido que correr para que podamos estar juntas.
En ocasiones cuando recuerdo esos días en los que iniciaba nuestra familia, me parece ver y sentir una vida que no es mía, se me hace tan lejana que pareciera como si fuese otra realidad completamente distinta. En aquellos tiempos, estando en Rusia, creíamos que íbamos a ser por completo felices. Que estábamos creando nuestra pequeña familia y que ya nada malo iba a pasar; por supuesto, nada más alejado de la realidad. Aunque no puedo negar que fui la mujer más feliz en esos momentos, y sé que mi esposa también lo fue.
Cuando quedé embarazada de Emilia, luego del proceso in vitro al que nos expusimos, no hay nada que pueda compararse con la cara de felicidad absoluta de mi esposa cuando le dije: "Amor, estoy embarazada". Lo intentamos tantas veces y no funcionaba que casi tiramos la toalla, pero... justo en ese "último intento" apareció ese puntito de vida en mi vientre.
Los meses siguientes a ese suceso fueron de una "tortura" para mí, y no tanto por los dolores naturales que puede pasar una mujer embarazada, o por los cambios de humor ocasionados por las hormonas, no... fue por el cuidado intensivo de María José conmigo. No me podía mover sin que ella estuviera a mi lado, se preocupaba tanto por mi bienestar y el de nuestro pequeño bebé, que casi me sorprendía saber que esa misma mujer era llamada: LA BOSS.
Detrás de las paredes de nuestra casa a las afueras de Rusia ella no era la BOSS, solo era Poché, mi esposa... el amor de mi vida y la madre de mi hijo. Y yo... yo para ella era, y cito textualmente sus palabras: "la mujer que cargaba su posesión más valiosa" no negaré que había veces en las que me sentía celosa por todo el amor que mi esposa le daba a nuestro bebé aun no nacido, pero, entendía que solo se trataba de Poché queriendo ser un reflejo de lo que fue su mamá con ella.
Mi esposa tan solo quería darle a nuestro bebé todo el amor posible, tal y como su mamá lo hizo con ella desde el día 1.
Cuando nació Ems, Poché casi se muere del susto, fue un parto complicado. Mis defensas bajaron y me debilité muchísimo, pero logré encontrar fuerzas desde el fondo de mi alma y enfrentarme con el dolor más horrible que he podido sentir jamás. Emilia nació a las 05:09 de la tarde del día 23 de febrero. Es Piscis, creo que por eso es tan soñadora y creativa, su alma nació para ser libre y sé que crecerá alejada de todo este mundo. Va a querer vivir viajando y conociendo cada rincón del planeta en el que vive. Inspirándose por todo y de todos.
