ESE SOY YO {27}

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{Capítulo 27}

THUNDER

La simple mención de mi nombre hizo que me agitase de cierta manera. Cierto es que la curiosidad estuvo más que presente, pero hice lo correcto al colocarme los cascos y respetar la privacidad de la conversación privada que estaban manteniendo Sigh y Xander sobre... mí. La cual no me correspondía escuchar.

Lo que me inquietó fue la reacción de ella ante mi presencia.

Me dejó pensando por varios minutos, en los que deambulé por la escuela. Sin saber muy bien hacia dónde me dirigía o qué debía hacer a partir de hora.

Porque sí, tenía el puesto, lo había conseguido. Pero..., ¿ahora qué? ¿Y si la palidez del rostro de Sigh se debía a que Xander le había contado la propuesta que este me ofreció...? Ante todo, no quería ser motivo de discusión o un obstáculo para ellos.

Me llevé una mano al pecho cuando noté alguien tras de mí y al girarme me di de bruces con Richard de brazos cruzados apoyado sobre la pared a mi espalda.

Ese hombre me mataría del susto uno de estos días . De ser director, lo contrataría como actor para una película de suspense, porque desde luego que su mera figura era digna de admirar para lo mayor que debía ser. Parecía llevar un cartel que gritaba: «Cuidado conmigo».

Y por Kurt que haría caso a ese inexistente cartel.

—Sabía que lo lograrías, Iversen. —Este alzó su mirada hacia mí y me señaló con un ligero gesto con su barbilla. Incluso me dio la sensación de que sus labios formaron una leve sonrisa orgullosa.

Antes de que tuviese tiempo de contestar siquiera, este metió su mano sobre uno de los bolsillos superiores de su camisa y acto seguido me lanzó un juego de llaves que tomé al vuelo.

—Lo prometido.

Las miré con detenimiento, mis dedos jugueteando con ellas.

—Gracias, señor. —Alcé mi mirada hacia él, enarcando las cejas y esbozando una sonrisa nerviosa.

—Oh, por favor. Recuerda lo que hablamos. Te dije que si te clasificabas me podrías llamar Rich —contestó él curvando media sonrisa mientras negaba con la cabeza y se frotaba las manos con fiereza.

—Eso está hecho..., Rich —respondí, dudando.

Thunder, ¿dónde ha ido a parar nuestra seguridad? Pareces un animalillo indefenso al que quieren dar caza.

—Thunder. —Otra vez, ese firme tono de su voz que hacía que mi sangre se helase.

—¿Sí? —inquirí.

—Tú yo más puro ha brotado en el momento en el que te has subido a ese escenario y tu guitarra y tú erais un solo elemento... —comenzó a decir mientras andaba a mi alrededor, cada uno de sus pasos sonando con la misma determinación y firmeza que sus palabras—. Quiero verte siempre así, hombrecillo. No hemos tenido mucho tiempo para conocernos, pero sé que eres mucho más de lo que estás dejando ver. Conmigo al menos, y puede que sea en gran medida por mi culpa, pero ya sabes, chaval... Es mejor que te tengan miedo y ante todo respeto a que te dejes pisar.

Cuando este se paró y clavó su mirada en mí, asentí en respuesta y este imitó mi gesto también.

—Sé que eres de los míos, Iversen. Continúa así. Porque estoy seguro de que con el pelirrojo y mi nieta te llevarás muy bien —me soltó este, rascándose la perilla y riendo por lo bajo.

—Eso espero... —respondí yo, cruzándome de brazos y ladeando una sonrisa,

—Xander es como un hermano para Sigh, yo ya lo considero de la familia, ¿sabes? —Me sostuvo la mirada y asentí en respuesta de nuevo—. Es un gran chico, y por lo que he visto antes, Sigh ya te lo ha presentado. Así que tu única preocupación en estos momentos es seguir el ritmo que llevan todos ellos.

Eléctricos suspirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora