¡NOTA DE AUTORA COMPLETAMENTE INNECESARIA!
Me costó un ovario entero y la mitad del otro para terminar con esta cosa, empecé el 05 de junio y terminé el 27. Bien gracias, todavía no comprendo lo mucho que me cuesta pegar el culo a la silla y no levantarme hasta acabar. Pero no, a la doñita le da sueño escribir erotismo aunque piense en eso todo el mísero día. Aquí están más de 2600 palabras de sexo sin trama de una de mis parejas favoritas de Jojos.
Me he percatado que este tipo de contenido va bien para A03, así que me haré una cuenta allá.
¡FIN DE LA NOTA COMPLETAMENTE INNECESARIA!
Bruno estaba considerablemente nervioso, una de sus fantasías más locas estaba a punto de hacerse realidad. Le sudaban las manos, sentía la boca seca y el nudo en el estómago resultaba tan incómodo como la sangre que iba dirigida a su miembro. Apenas comenzaba el jueguito que tenían planeado desde hace una semana, le costó asimilar que Leone aceptó la propuesta con algo de duda, pero allí estaba.
No contaba por cuánto tiempo estuvo arrodillado en la alfombra con la cabeza gacha, sintiendo la punzante mirada de su amante, que permanecía sentado en la cama. Eso, de alguna forma, lo calentaba bastante. Ceder el control y convertirse en el obediente subordinado era algo gratificante después de todo, y a Leone le gustaba su nueva posición.
—¿Estás completamente de acuerdo? —le preguntó en tono firme, sin llegar a ser hostil.
—Sí, mio signore —respondió borracho de deseo.
—¿Recuerdas la palabra de seguridad?
—Lavanda, mio signore.
—¿Para que la vas a usar?
—Cuando me sienta incómodo y necesito que pares.
—Muy bien, eres un chico ejemplar —Leone acarició el mentón con suavidad. El elogio emocionó a Bruno–. Ya sabes, sólo con la palabra de seguridad me voy a detener, si gritas, lloras, me pides que pare o me llamas por mi nombre lo tomaré como indicativo para ser más cruel conmigo. A partir de ahora seré tu padrone e signore. ¿Estás de acuerdo?
—Sí, mio signore.
—Te quiero completamente desnudo, ahora.
Dejándose llevar por la excitación, Bruno acató la orden. Se estremeció al tener su cuerpo sin cobertura y a merced del otro hombre, vulnerable. Su erección creciente expuesta a las frescas brisas lo desesperaba hasta el límite. Y Abbacchio no había movido un sólo dedo, el bastardo sonreía con malicia, pues sabía a la perfección que su enamorado era un lío hormonal en esos momentos.
Leone finalmente decidió tomar acción, buscó una venda para privar a su novio de la vista. No prestó atención a los quejidos malcriados. También agarró una cuerda y le sujetó las manos con firmeza, la aspereza de la cuerda era fastidiosa, pero Bruno no pudo evitar sentirse bien con ella. Mantuvo la cabeza alzada a la dirección del otro hombre cuando este terminó de atarlo.
Lo oyó levantarse de la cama para caminar por la habitación, la incertidumbre lo llenó de emoción. Cuando Leone regresó, se agachó detrás de él para acariciarle el pecho. Los sentidos de Bruno se dispararon, las manos frías sobre su piel cálida generaron un buen contraste, la sensación y el olor a lavanda del aceite corporal fue efectivo para terminar de perderlo. Muy pronto, una sinfonía de suspiros y jadeos placenteros salieron de su boca. Leone jugaba con sus pezones con libertad, acariciando y pellizcando a su antojo mientras le susurraba al oído:
—Tengo que prepararte bien para la siguiente recompensa, eres muy bueno —le mordió el lóbulo con picardía. Apartó sus manos, provocando que un quejido decepcionado saliera de Bruno, Leone lo sorprendió golpeando sus muslos, su primera reacción fue ponerse tenso, las manos ajenas volvían a estar empapadas en aceite—. No te desesperes, amore mio, tenemos todo el tiempo del mundo.
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Buen subordinado {BruAbba}
FanfictionBruno estaba considerablemente nervioso, una de sus fantasías más locas estaba a punto de hacerse realidad. Le sudaban las manos, sentía la boca seca y el nudo en el estómago resultaba tan incómodo como la sangre que iba dirigida a su miembro. Apena...