La noticia de que "El Estafador de Busan" ha sido puesto en libertad desató el caos en el mundo de las apuestas.
Jeon Jungkook, reconocido como uno de los grandes estafadores de la década, ahora camina libre por las calles mientras planea su siguie...
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—No pareces feliz, Jeon.
Jimin se dejó caer sobre el diván rojo ubicado en la esquina de la habitación y dio un discreto vistazo a todo el lugar. Eran cerca de las nueve de la mañana, pero las cortinas perfectamente cerradas impedían por completo el paso de luz, creando un ambiente sombrío que se acompasaba con el mal humor del alfa.
—Siempre tan observador, Park —dio una calada a su cigarro y liberó el humo con lentitud—. Una pena que no lo hubieras sido cuando te pedí investigar a Taehyung.
Jungkook lanzó una mirada al omega de cabellos rosa y evaluó furtivamente su reacción. Sin embargo, Jimin era un hombre de la mafia, de sangre fría e imperturbable.
—Encontré una aguja en un pajar, Jeon —replicó—. No puedes decir que no hice mi mejor trabajo.
El alfa permaneció en silencio por varios minutos en los que se dedicó a fumar su exquisito cigarro Camel. Cuando el tabaco surtió un efecto tranquilizante en su sistema, se acercó al borde de la cama y tomó asiento allí para observar de forma directa a Park.
—¿Descubriste algo sobre él que no me hayas mencionado todavía?
El rostro de Jimin se mantuvo estoico, aunque Jeon no creyó su teatro ni por un segundo.
—Te di su ubicación, es para lo que me contrataste. Si quieres algo más, consíguete un investigador.
Jungkook soltó un jadeo, exasperado.
—Algo está mal con Taehyung.
—Por supuesto que lo está —coincidió—. Entre todos los pretendientes que ese hermoso chico pudo tener, te eligió a ti como su esposo.
El gruñido bajo que Jeon dejó escapar ante la respuesta llena de socarronería fue suficiente para que Jimin se jactara de la situación.
—Por una mierda, Park. Estás jugando conmigo.
El omega repasó con la lengua su labio inferior y continuó la conversación con el único deseo de fastidiarle.
—Estás tan irritable. Debo suponer que es la falta de una buena follada.
Jeon arrojó la colilla de cigarro al suelo y la pisó con un ritmo pausado hasta quedar complacido con los fragmentos de ceniza en que quedó convertido el objeto. Entonces, antes de hablar, un brillo rojizo fue perceptible en su intensa mirada.
—¿Por qué lo mencionas, Park? Acaso, ¿Te me estás insinuando?
Jimin soltó una risa seca.
—Jamás tendrías el placer de joderme.
—Por supuesto, el único que puede joderte es Min Yoongi —contratacó con una mirada filosa, disfrutando de la sorpresa que invadió a Jimin al mencionar su pequeño secreto sucio.
El omega no esperó que alguien conociera de su aventura con Min y las esporádicas ocasiones en las que hicieron un desastre en su oficina. No obstante, era de suponerse que a un tipo hábil como Jeon nada se le pasara por alto. Seguramente siempre estuvo al tanto de la situación y sólo esperó el momento indicado para hacérselo saber.
