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Al llegar al departamento donde vivía junto con dos chicas más, se sentó en el mueble, Isabela se percató de su llegada al escuchar el sonido de la puerta al cerrarse; la vio con la mirada perdida.

—¿Qué ha pasado? —cuestiono con preocupación mientras se le acercaba, Jen alzo la mirada al escucharla hablarle.

—Hoy Drew pidió hablar conmigo.

—Tuvo el descaro de hacerlo, vaya que si es una basura. —remarco con enojo Isabela, la cual también habia estudiado con ellos la preparatoria y conocía con gran detalle lo que habia sucedido con Gwen.

—Es mejor olvidar lo que paso hoy.

Aquella idea de Jen a Isa no le pareció lo mejor.

—¿Estáis segura? A mí personalmente, aunque no estuve involucrada en aquello, me da ganas de darle una paliza. —rechisto inconforme mientras tomaba asiento en el sillón de dos plazas donde estaba Jen sentada.

—Puedes hacerlo que quieras. Nunca que le quitaras lo estúpido. —indico con voz áspera mientras revisaba en su celular los mensajes que no había leído.

Isabela rio y estuvo de acuerdo con el comentario de Jen.

—Cambiando de tema, Scott vino a entregar un vestido de tus amigas. Ese tipo esta guapísimo ¿Cómo es que terminaron? No me digas que es gay, porque estoy harta de toparme con amigas.

Jen al escucharla sonrío y sin despegar la mirada de la pantalla se atrevió a comentar sobre aquel tema del pasado.

—Entendí que Scott era el correcto cuando tuvo el valor de decirme que quería salir conmigo y cuando le dije todas mis condiciones, acepto. Recuerdo que a ninguno de los dos éramos hostigosos teníamos la misma relación solo que ahora era algo más.

—Tenía el boleto VIP. —señalo energéticamente Isa con la mirada emocionada mirándola insistentemente.

—Si. —remarco Jen y confundida pregunto levantando la mirada del celular—¿Isa, aun recuerdas eso?

—Recuerdo todo. Eres mi ídolo. Lo hiciste que fingiera ser gay.

—Aún recuerdo que le gustaba la ropa de diseñador y yo le dije que ya lo sabía.

Isabela la miro con curiosidad y se aventuró a preguntar lo que rondaba por su cabeza.

—¿Ya no sientes nada por él?

—Por Scott creo que no. Es un chico muy lindo, observador, atentó y sobre todo inteligente, pero se volvió algo más amistoso que un romance. Creo que es mi alma gemela, pero en forma de amigo. Aunque si algún día volvemos, no culparía a nadie.

—¿Quizás no era el momento?

Aquella pregunta se mantuvo en su mente durante la cena en el departamento de Scott. Mientras él le mostraba los últimos diseños que había hecho con entusiasmo.

—Hoy me encontré a Drew. —menciono con poco interés, simplemente lo había hecho porque sentía que era una necesidad poder soltarlo con alguien que conocía todo lo que había ocurrido.

—¿En la universidad? —pregunto levantando la mirada de sus diseños —¿Qué te dijo?

—La verdad nada que no nos hallamos enterado. Pregunto por ti.

—¿Algo importante? —indago relajado y la observo negar con un movimiento de cabeza.

—Entonces no tomemos importancia a eso. —remarcó y le sonrió para luego ofrecerle una copa de vino y caminar al balcón.

—Isa, dice que llevaste el vestido de Camí.

—Si me recibió con una intensa mirada.

Ambos rieron y se sentaron en el pequeño mueble que habían armado cuando se mudó.

—Hay algo que quiero preguntarte —menciono Scott a su lado después de estar en silencio con la mirada puesta en el cielo oscuro.

—Adelante.

—¿Crees que me puedas dar el pase de confianza nuevamente?

Sus miradas chocaron, aquello no se lo esperaba, claro que había tenido otras relaciones después de lo que ellos habían tenido. Además, no estaba segura sobre si esta vez funcionaria. Le quería un montón, por eso era su amigo.

—¿Realmente estas dispuesto a enamorarme? —inquirió después de que su copa quedase vacía.

—Por supuesto, hare mi mayor esfuerzo. —respondió en voz alta, ambos se acercaron con lentitud, ella le beso la mejilla y finalmente la boca.

Tal vez esta vez sí estaban en el momento indicado.

Todo lo que había sucedido aquella vez en la preparatoria los había dejado marcados.

—¿No te tenías mucha confianza? —cuestiono divertida mirando el suéter que portaba él.

—Es imposible no notarlo.

—Es imposible no notar que cargues ese suéter que estoy segura de que hizo tu abuela. Que sin duda no es el mejor grito de la moda, pero es un auténtico...

—Regalo valioso —completaron juntos al mismo tiempo bajo la oscuridad en aquel balcón que daba a la vista a una ciudad que nunca paraba.

—Regalo valioso —completaron juntos al mismo tiempo bajo la oscuridad en aquel balcón que daba a la vista a una ciudad que nunca paraba

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Esta historia la cree cuando apenas comenzaba a escribir aquí, el final no se parece al que mi yo de 12 años hubiera escrito, es mucha mas corta, tal vez en el futuro la edite un poco sin alterar la trama ni el final, pero por el momento se quedar...

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Esta historia la cree cuando apenas comenzaba a escribir aquí, el final no se parece al que mi yo de 12 años hubiera escrito, es mucha mas corta, tal vez en el futuro la edite un poco sin alterar la trama ni el final, pero por el momento se quedara así. 

Puedo decir que ahora con 19 años, la concluí. Al continuar escribiéndola pensé en borrarla muchas veces, pero creía que no estaría satisfecha sino le daba una oportunidad.

Lo que me falta decirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora