El rol de un líder

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『 °*• ♫ •*°』


―¡Tres hamburguesas con papas por favor!

―¡Una sin cebolla!

―¡La otra solo con ketchup y mostaza!

―¡Ah, la mía sin tomate!

―¿Tiene Tteokbokki? ¡Quiero eso entonces!

-¡Idiota, aquí no venden comida coreana!

―¡Silencio, niños! ¡Si hablan todos a la vez no puedo entenderlos!

Gunil no pudo evitar quedarse mirando cómo los tres muchachos estallaban en risas tras haber sido regañados por el don de las hamburguesas mientras se daban zapes el uno al otro para que se callaran, provocando el efecto contrario y más carcajadas. A juzgar por sus uniformes, eran de preparatoria.

«Mataría por una de esas».

Si bien el escándalo que estaban haciendo los chicos era lo que más llamaba la atención de esa escena, su mirada no podía despegarse del pedazo de comida chatarra que finalmente habían logrado ordenar.

Suspiró y bebió un trago de su botella de agua como si eso fuera a apaciguar su hambre. Ya llevaba la mitad de los kilos que debía perder (y no sabía que le sobraban) para estar en forma, así que no podía darse el gusto de echar a perder todo su esfuerzo solo por un tonto antojo (aunque los gruñido de su estómago le dijeran que era más que solo un antojo).

Para fortuna (o desgracia) suya, el autobús que lo llevaría a la empresa finalmente había llegado a la parada desde la cual estaba divisando a esos adolescentes. En realidad estaba agradecido. Primero, porque así no caería ante la tentación de asaltar todo el puesto de hamburguesas, y segundo, porque no quería llegar tarde al ensayo y ganarse un penalty.


• ♫ •

Definitivamente, estaba bendecido por la vida ese día. Había hecho todo lo posible por llegar temprano y no recibir una sanción. ¡Bien por él! Terminó obteniendo tres. En realidad, él y todos los de la banda las obtuvieron, pero eso no cambiaba el hecho de que tendría que quedarse a limpiar después del ya por sí estresante y agotador ensayo.

―Jooyeon está fuera de tiempo. Comiencen otra vez.

«Suficiente».

Gunil se paró de repente, asustando a los demás por el inesperado gesto. Se excusó y pidió permiso para ir al baño. El «no tardes» del instructor le causó gracia. No era como si tuviera mucho por evacuar de todos modos. Aún así, él no estaba en el baño por eso, pues tenía asuntos más importantes, como lavarse la cara mientras descargaba toda la rabia que sentía por Jooyeon.

Si debía ser sincero, la personalidad del chico le pareció demasiado desde el comienzo. Gunil no tenía problemas con las personas que tenían confianza en sí mismas; de hecho, le parecía una muy buena cualidad y él mismo se consideraba así. No obstante, en el fondo pensaba que Jooyeon a veces cruzaba la delgada línea entre confianza y altanería. Sin duda, el chico tenía gran potencial, así que por mucho que le irritara, no podía quejarse al respecto.

Claro, eso fue al inicio, cuando apenas habían firmado el contrato para formar parte de Xdinary Heroes y sus primeras pruebas eran igual que las escenas de esas fantasiosas películas adolescentes donde el grupito de amigos se unía y formaba su propia banda. Seguramente Jooyeon creyó que era el personaje principal de ese tipo de películas hasta que se vio en la obligación de toparse con la realidad: incontables lecciones de canto, instrumentos y música, ensayos sin descanso incluso de madrugada y grabaciones. Ni hablar de haberse cambiado de escuela, sus responsabilidades académicas, estar lejos de su familia y las dietas para bajar de peso... ¿Así ya no era tan lindo, no?

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2023 ⏰

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