La vida de Dean Winchester ha recorrido un largo camino... Está llegando a un
acuerdo con su pequeño espacio mental. Tiene un cuidador que iría al infierno
y regresaría para mantenerlo a salvo. La mejor parte es que no ha tocado un
pequeño supresor...
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Dean abrió su bolsa de almuerzo y comenzó a sacar los pequeños recipientes Tupperware cuidadosamente escondidos que Cas había empacado para él. Observó atentamente las cajas azules, curioso por lo que Cas había empacado para él. La relación de Dean con la comida todavía era trémula a veces y tenía una breve lista de alimentos que sinceramente anhelaba y disfrutaba. Cas sabía exactamente lo que eran. Dean solía comer mejor y ser menos quisquilloso en su Little Space. Le habían dicho que tenía una tendencia a volverse un poco salvaje a la hora de comer cuando era pequeño. Gabe llamó a los ataques de energía hambrienta y masticadora "ataques de merienda". Dean estaba contento de no tener ningún recuerdo de ellos. ¡Embarazoso!.
"¿Qué tienes?" preguntó Alfie, saltando en su silla ansiosamente. Estaba sentado sobre sus rodillas sonriendo mientras trataba de mirar dentro de la bolsa de Dean. Dean sonrió y acercó la bolsa de manera protectora. Dean se preguntó distraídamente cuánto tiempo pasaría hasta que Linda apareciera para volver a atar a Alfie a su silla alta. Alfie se había convertido en un maestro en soltar las correas.
"Sándwich de mantequilla de maní y plátano, cubos de queso y una pera".
"¡Ooooh! ¿Quieres cambiar? Hoy tengo un sándwich de ternera. ¡Mira, mamá lo cortó como un peluche". Alfie levantó su sándwich con forma de oso con orgullo y le dio un mordisco enorme, aparentemente olvidando el hecho de que acababa de ofrecer cambiarlo.
Dean le sonrió al chico mientras masticaba su almuerzo. No le importaba masticar con la boca abierta o esparcir migas de pan por toda la mesa. Estaba feliz de ver a Alfie tan despreocupado y alegre. Estaba hablando mucho mejor ahora también y el ceceo infantil se estaba desvaneciendo. Seguía siendo permanentemente pequeño pero al menos estaba feliz y seguro. Su espacio de cabeza había crecido ligeramente, en algún lugar alrededor de una mentalidad de preescolar/jardín de infantes. Sin embargo, no parecía importarle el hecho de que probablemente nunca viviría la parte adulta de su vida de 23 años. El estómago de Dean se retorció incómodo al darse cuenta de lo cerca que había estado de ese mismo destino. Alfie había perdido su gran espacio. Dean no lo había hecho, pero se había acercado peligrosamente. Lo habría hecho sin Cas y Gabe.
"¿Qué hace este pequeño munchkin fuera de su silla?" Linda se abalanzó y sopló una frambuesa en la nuca de Alfie. El Pequeño soltó una risita chillona y se acurrucó en el abrazo de Linda. Lo ató con seguridad a las correas de su silla alta y le plantó un beso en la frente mientras le limpiaba la mancha de mostaza de la barbilla.
"Qué bueno tenerte con nosotros para almorzar de nuevo, Dean", dijo con una cálida sonrisa. Dean se sonrojó y miró su sándwich tímidamente. Le gustaba Linda y la tranquila seguridad y amabilidad que ella siempre ofrecía. Ella era dietista/nutricionista en Bede Home pero a menudo se ofrecía como voluntaria mucho más allá de eso. No era raro que ella estuviera allí casi todos los días de la semana simplemente visitando y contribuyendo para ayudar a Benny, Anna o Garth con los grupos de juego o la supervisión. Ella era la mamá de todos.
