Cadenas eternas

Capitulo uno: un encuentro extraño

Pov's Emma

Mientras caminaba por el centro de mi ciudad me encontré con Clara, nos conocíamos desde hace un buen tiempo y siempre nos reuníamos para compartir chismes, cuando la vi no dude en saludarla y preguntarle que hacía, a lo que ella me contesto -, Bueno tu sabes lo que significa ser la hija menor, vivo para hacer mandados- no pude evitar reír ante su comentario y como ignoraba que yo no tenía hermanos -, Vamos te acompaño, no tengo nada mejor que hacer- le dije mientras la tomaba del brazo y empezamos a caminar.

Clara me miro con ojos de duda y me pregunto -, ¿Segura que quieres venir? Voy a demorarme un buen tiempo comprando unas cosas y no quiero que tu tía te regañe por pasar mucho tiempo afuera- entendía su preocupación, mi tía es una persona muy estricta y no le gusta que este mucho tiempo en la calle.

Llevaba viviendo con ella y su esposo dieciséis años, desde que tenía cinco años fue a vivir con ellos, ellos fueron muy amables de acogerme en su hogar y me han tratado bastante bien pero cada que les pregunto que les sucedió a mi padres suelen cambiar de tema, pero es comprensible, después de todo siempre es difícil hablar de un tema tan fuerte.

Le conteste de forma despreocupada diciéndole -, No te preocupes, apenas sean las 4 p.m. tomo un bus para ir a mi casa, mejor vamos que el tiempo pasa rápido y luego no nos alcanza para adelantar chisme.

Estábamos caminando y hablando cuando accidentalmente Clara choca con un chico, era algo alto, cabello negro desordenado y ojos oscuros; nunca lo había visto en su vida pero parecía que Clara si al ver como lo saludo animadamente -, Ethan que milagro verte, ya perece costumbre encontrarnos de esta forma- no pude evitar mirarla con cara de confusión, pidiéndole que me explique, Clara lo noto y nos presentó.

-Emma él es Ethan, es un cliente recurrente de la tienda en la que trabajo y es gracioso pero siempre nos encontramos de manera espontánea- decía mientras se reía, el habla con una sonrisa amable viéndola a los ojos -, Sí, también me parece extraño que siempre te vea en todo lugar en el que estoy, pero no sabía que tenías una hermana, se parece mucho a ti-

Cuando dijo eso no pude evitar reír, es cierto que Emma y yo nos parecemos, ambas tenemos cabello color castaño miel a la altura de la espalda, piel algo pálida, y estatura similar; pero eso es todo, ella tiene ojos marrones y yo verdes, además nuestro rostro y todo es muy diferente por lo que no dude en aclararle las cosas.

-Clara y yo no somos hermanas, me sorprende que veas parecido entre las dos- le dije de forma cortes, en ese momento Clara cambia de tema y le pregunta -, ¿Quieres venir con nosotras? Iremos a terminar unos mandados que debo que terminar y seria chévere hablar de nuestra semana- vi algo de emoción en los ojos Ethan pero rápidamente se negó diciendo que estaba ocupado y debía irse, se despidió de nosotras y a Clara le dio un beso en la mejilla.

Continuamos nuestro recorrido y no pude evitar molestarla con ese chico -, Eres una rompecorazones, se ve que le interesas a ese pobre chico, le brillaron los ojos cuando lo invitaste a acompañarnos- le codeo el brazo mientras se lo decía con picardía, a lo que ella me contesto -, Emma deja de decir tonterías, no le intereso nada aparte él es así con todo el mundo, además no es mi tipo.

-¿No es tu tipo? Pero si es un tipo agradable- le dije mientras entrabamos a una tienda, ya faltaba poco para terminar sus mandados y nos sobraba tiempo para tomar un café y antes de poder continuar hablando mi teléfono suena.

Mi tía me estaba llamando, se me hizo raro ya que aún es temprano y aun no es la hora estricta en la que no puedo estar en la calle, le contesto algo preocupada a lo que ella a través del teléfono me dice -, Necesito que vengas ya a la casa, esta noche viene un invitado y debes arreglarte para la cena- Colgó la llamada y me sentí triste, quería pasar más tiempo con Clara pero no le gustaba hacer enojar a su tía.

Clara escucho lo que dijo mi tía y me mira con lastima pero intenta disimularlo -, Hey no te preocupes otro día nos vemos y tomamos algo, sabes que no es buena idea enojar a tu tía además ya está empezando a anochecer y puede ser peligroso- Eso era mentira aún faltaba bastante tiempo para que anochezca pero agradecida sus palabras.

Tuve que tomar transporte público para llegar a mi casa, cuando llegue mi tía me recibió a la casa muy feliz para decirme -, Emma llegaste a tiempo, ven apúrate y arréglate- me dijo mientras me acariciaba la cara y me hablaba de manera maternal.

Subí a mi cuarto y me arregle para la cena, debía ser muy importante por lo urgente que mi tía me llamo, así que me puse el vestido más lindo que tenía, era blanco y el diseño era algo infantil, mi tía lo compro diciendo que me resaltaba más y que parecía una niña pequeña e inocente.

Al terminar escuche como llegaba un carro y se parqueaba enfrente de nuestra casa, asumí que la visita ya había llegado y me apure en bajar, cuando baje note como mis tíos estaban saludando a un señor de aproximadamente cincuenta años, alto con barba, cabello corto y negro.

Cuando me vieron fue hubo un silencio, como si fuera yo la estrella de esta noche, la atracción principal; mi tía me miraba con aprobación como si la forma en la que me arregle fuera adecuado para la ocasión, termine de bajar y el señor se acercó a presentarse.

-buenas noches señorita, me llamo miguel, soy un socio de tus tíos- dijo mientras me tendía la mano y continuo -, Es un placer conocerla, eh oído maravillas de usted y debo admitir que usted es mucho más hermosa de lo que me hablaron.

No sabía con exactitud que responderle pero cuando vi a mis tíos, se veían muy felices y esperaban que digiera algo, así que le dije mientras le daba una sonrisa amable -, Muchas gracias por sus palabras, me llamo Emma pero creo que eso usted ya lo sabía, por favor pase al comedor para poder hablar más cómodamente.

Lo guie y lo invite a tomar asiento, mi tío y el señor miguel se quedaron hablando mientras mi tía y yo empezábamos a servir los platos, fue una agradable velada, hicieron un brindis, pero no pude ignorar como cada tanto el señor miguel me miraba, cuando me gire a verlo había apartado la mirada, y asumí que tal vez el vino estaba haciendo efecto y estaba empezando a imaginar cosas