𝐂𝗁𝗈𝖼𝗈𝗅𝖺𝗍𝖾 𝐂𝗂𝗀𝖺𝗋𝖾𝗍𝗍𝖾𝗌 [𝗘𝚖𝚖𝚊 𝗦𝚊𝚗𝚘] #2

Ⅷ

I just wish you could feel what you say
— idontwannabeyouanymore

Y ahí estaban en esa reunión negando completamente pertenecer a esa pandilla, pertenecer al lado de aquel rubio que es su mejor amigo, negar su poder y limitarlo a una nueva pandilla, todo por seguir a ese de cabellos negros y rayos amarillos, cuando ambos se retiraron de aquel santuario el pelinegro estaba siendo reprimido por el castaño quien decía que era innecesario el golpe, pasaron unos minutos y cuando estaban por irse llegaron dos chicas quienes al parecer corrían desde hace rato.

— Dime qué es mentira Kōji, tú no le darás la espalda a Mikey, ¿Verdad? – Y aunque esté estaba en su moto ella corría sujetando la chaqueta de ese uniforme negro. — Vamos tienes que decirle que es mentira, tú también Keisuke son sus amigos, ¿Qué tan poco valió su amistad? Kōji vamos, apaga el motor y vamos a qué te disculpes. – Ahora jalaba de la manga.

Él se comenzó a desabrochar la chaqueta aún sosteniendo esa manga para que ella no se lastimará si caía, cuando la vio estable se la quitó completamente. — Lo siento Emma, dale la chaqueta a Mitsuya dile que fue un buen trabajo, Hinata cuídala. – Y sin más palabras se acomodó el casco y quitando el freno se fue primero del lugar.

Ahora esos ojos color miel veían a un pelinegro quien apenas iba a quitar el freno. — Keisuke no sé porque se van, no lo sé, pero, cuídalo se mete en muchas peleas, y ví que sus nudillos estaban lastimados dile que se limpie las heridas y cambie los vendajes, manténlo a salvó, ¿Puedes Keisuke? – Este solo podía ver amor en los ojos color miel y recordó lo que él dijo con una sonrisa si lo que dices es cierto, prefiero que todo esté bien dentro de la Tokyo Manji a qué ella le pase algo malo por cuestión del movimiento de piezas.

— No te preocupes Emma, él sabe cuidarse solo, aparte sabes que tiene muchas influencias lo cuidarán mejor que yo, pero, te diré cualquier cosa, mantente tranquila. – Y ahora él se fue del lugar, encontrando al castaño a dos cuadras este veía el cielo aún con el casco. — Ella está preocupada por ti.

— Me hubiera gustado poderla abrazar pero si lo hacía me arrepentiría, creo que no es momento para ser cursi, ¿No es así? Debemos de ir con Kazutora, espero haberle dado un poco de paz escuchando mis últimas palabras. – Y volvió a insertar la llave.