Lo último que vi antes de morir fue el hermoso rostro de Axel Stonem; y precisamente, fue también lo primero que observé al revivir.
A ciencia cierta, creo que jamás podría relatar con claridad lo que se sintió al regresar a la vida. Honestamente nadie espera que algo así le suceda y cuando lo hace, es una sensación tan extraña que abruma el cuerpo en más de un sentido.
Para empezar, todo me dolía, desde el nacimiento del cabello hasta la planta de los pies. Pero el punto más incesante era el pecho, pues fue allí donde Alanna clavó la estaca que perforó mi corazón humano hasta volverlo trizas.
Algunos me llamarán estúpida por lanzarme frente al tren de la muerte por un hombre, pero creo que quienes logran amar con tanta intensidad como yo lo hacía en ese momento, podrán entender el porqué de mi decisión.
Porque en ese momento, todo en lo que podía pensar era en Jayden, era el motivo de mis suspiros y la razón por la que mi vida había dado un giro total. De cierta forma, había descubierto cosas sobre mí misma que si no lo hubiese conocido, jamás podría haber sabido.
Y porque era la primera vez que mi corazón le pertenecía a alguien, a alguien que no me había forzado a amarlo y que también había hecho cosas invaluables por mí, como aquella vez que se enfrentó a su Amo en el fuego para que no me asesinara a pesar que lo había traicionado y lo intenté matar.
Nuestro amor era caótico, como una llama que se avivaba de la lujuria y la adrenalina. Precipitado o no, Jayden significaba tanto para mí que por eso puse su bienestar y su vida por encima de la mía.
Y debido a ello, me sacrifiqué por él.
Lo haría una y mil veces.
Ahora, volviendo el presente, mi retorno al mundo de los vivos se representó como una fuerte bocanada de aire. No puedo explicarlo con muchos detalles, pero supe cuando estaba muerta, pues estaba en plena consciencia gravitando en una profunda oscuridad, a solas.
Y cuando reviví, sentí como si algo—O mejor dicho alguien—, tirase de mí como si fuese una marioneta y me trajese de vuelta a la realidad.
Volví a conectar con mi cuerpo malherido, pues en la muerte no sentía absolutamente nada más que frío.
Y la reacción de mi cuerpo en el espacio terrenal fue el de un soplo de vida, como una bocanada que se da después de casi ahogarse en el mar. Mis pulmones se hincharon con mucho dolor y luego expulsaron hacia el exterior, a la par mis ojos se abrían con fuerza, cegándome ante la luz del irreconocible candelabro que colgaba del techo de la sala de la mansión Stonem.
—¿Michelle? ¡¿Michelle?! —Una voz que conocía muy bien chocó dolorosamente contra mis oídos, aunque fue reconfortante escucharla pues significaba que no todo había acabado para mí—. Amor, mírame, soy yo.
ESTÁS LEYENDO
Corazón Resiliente #2
FantasyMichelle Howard aborrecía a los vampiros con todo su ser, tenía como objetivo eliminarlos y luchó durante mucho tiempo para conseguirlo... Hasta que, por cosas del destino, se convirtió en una de ellos. Después de una guerra casi interminable, acab...