Film Out.

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Desde que conoció a YoonGi, HoSeok lo consideró el ser más fascinante que pudo haber cruzado su camino. Fue capturado por su esencia intelectual desde un inicio. Por su forma relajada de vestir. Por cada palabra que sus labios articulaban y su manera de percibir detalles aleatorios sobre lo que observaba. Era de esos chicos que participaban en clase incluso cuando el profesor no lo pedía, pues tenía tanto por decir y HoSeok anhelaba saberlo todo.

YoonGi, personalmente, notó aquello. Notó que al hablar ante un grupo de gente, había una persona en especial con sus ojos fijos en él. Un chico castaño con la mirada callada, pero siempre alegre, y atuendos relativamente únicos. Con el pasar de los meses, YoonGi se fue acostumbrando a la atención que recibía de parte de este chico. Mientras otros volteaban los ojos cada vez que hablaba más de lo habituado, los del castaño parecían alumbrarse, y alcanzó un punto en el cual sólo buscaba que él valorara lo que decía para estar satisfecho

Un día decidió acercarse para preguntarle su nombre.

—Jung HoSeok... —le contestó. Era bastante tímido, denotó YoonGi en su mente, pues al hablar no mantenía contacto visual por mucho tiempo.

—Yo soy Min YoonGi.

HoSeok ya lo sabía.

—M-Mucho gusto —asintió, tomando la mano que se le era ofrecida y sacudiéndola.

Así fue cómo su amistad floreció, con la misma belleza que lo haría una flor en su cálida primavera. Después de ese día HoSeok y YoonGi pasaban la mayoría de su tiempo juntos. Sus tardes y noches consistían del pálido hablando y el castaño escuchando y aportando de vez en cuando mientras almorzaban, caminaban o miraban las estrellas desde la terraza de su habitación. Formaron una conexión inigualable a la de otros. Se entendían entre ellos y apreciaban cada segundo que compartían estando uno al lado del otro.

El tema de los videos surgió en su último año de la secundaria cuando una tarde se encontraban viendo el atardecer en la azotea de su edificio de estudio. El castaño, nuevamente, escuchaba lo que su mejor amigo decía, preservando la pureza del sosegado momento. La visual ante él que se constituía del perfil de YoonGi frente a los colores cálidos del cielo hizo que HoSeok anhelara que ese momento durara para siempre. Quizás fue eso lo que le alentó a sacar su cámara y grabar al azabache, o quizás fue virtud del futuro estudiante cinematográfico que vivía en él. En fin, la razón en sí no fue muy importante, sólo importó que lo hizo y así sus vidas cambiaron para siempre.

—¿Me estás grabando?

—No.

YoonGi angostó sus párpados ante el lente que era apuntado hacia él.

—Tú solo sigue hablando —susurró HoSeok, sonriente.

El pálido suspiró, pero le hizo caso. Regresó a admirar la bella vista y continuó.

—Como decía... ¿Alguna vez has escuchado la historia sobre la ardilla que en el otoño volvía a pegar las hojas que caían de los árboles?

—Uh.. no. No la he escuchado.

—Lo sé. La inventé ayer.

—Ah vaya —rió HoSeok, la grabación captando solamente su voz—. Cuéntame entonces.

El pálido suspiró, repasando aquello que le ayudó a quedarse dormido la noche anterior.

—Se trata de esta criatura que se preocupaba por los árboles que perdían sus hojas. No quería que sintieran frío debido a la desnudez de sus ramas, y francamente ella opinaba que lucían más bonitos con hojas que sin ellas.

Mientras escuchaba y miraba a YoonGi hablar, HoSeok sentía calidez esparcirse hasta por los abismos de su pecho. Sonreía con afecto y contemplaba el trozo de imaginación que el ébano le concedía, a él y a su cámara.

Film Out | yoonseok |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora