Eran las 10:00 de la mañana , y me encontraba sentada en el sofá tomando una taza de café, mientras veía las tres cajas que me quedaban por desempaquetar .
"Eso de mudarse era un engorro ",pensaba mientras posaba mi mirada sobre unos papeles, que contenían información del rey Arturo. Ya que mañana también empezaba mi trabajo de guía turística, en el museo Lanrace.
Y empezaría siendo la guía de un puñado de mocosos que justamente visitaban ese día el museo.
"¡Dios ! Como odio a los niños ", pensaba mientras dejaba las hojas sobre la mesa, levantándome y yendo a la cocina para lavar la taza que había usado.
Mientras lo hacía golpe con el codo una jarra de plástico llena de agua que con seguir agarrar, antes de que esta soltara todo su contenido sobre el piso. Sus pire aliviada volviendo a colocar la jarra para maldecir después al darme cuanta que algo de agua término por derramarse en el suelo.
Suspirando y resignada, cogí un paño que lance al charco, situando mi pie en cima del paño empecé a secar el agua del suelo, mientras dejaba la taza ya limpia en el fregadero.
- Veo que a la hora de limpiar sigues siendo una vaga Natalia - al oír eso me gire de inmediato, pegando la espalda contra el borde del fregadero.
Encontrandome con un chico que rondaba mi edad, me superaba por una cabeza de altura, de comprension robusta, tez blanca y pelo de color albino recortado por los lados al cero y peinado en cresta. Que me miraba con una gran sonrisa completamente blanca y bien formada, pero lo que me llamo la atención del chico fueron sus ojos de un hermoso color grisáceo tirando a plateado - Genial no llevó a qui ni tan siquiera una semana y ya me vienen a robar - salte sin apartar mi mirada de el - No, no Natalia, te equivocas del todo ¿no me recuerdas ?- respondió el chico - ¡Ah! Vale eres acosador y loco no se que es peor - dije mirando para mi derecha, pero una carcajada hizo que volviera a mirar al chico mientras levantaba una ceja al no entender el sentido de su risa.
- Jjajajajaja no as cambiado nada, sigues diciendo tonterías cuán te ponen nerviosa - crucé los brazo sobre mi pecho un poco avergonzada ya que vio mi nerviosismo y eso no me gustaba - ¿Quien eres ? ¿Como sabes mi nombre ? - Pregunté ya un poco mosqueada, ya que esta situación me empezaba a cabrear