Capítulo 133. - La verdad tras el incidente

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De repente, el sonido de un celular sonando los interrumpió.

"¡Mierda!", espetó en voz baja Ethan con ojos tan fríos como el hielo, pues estaba a unos muy escasos centímetros de lograr su objetivo, pero la llamada se interpuso en su camino.

"¿No quieres atender?", preguntó Janet al haber sido sacudida de vuelta a la realidad por el repique, y levantó la cabeza para mirarlo con curiosidad.

No obstante, en lugar de responderle de inmediato, Ethan le besó el lóbulo de la oreja de manera muy sensual hasta morderlo, y con su mano subiendo para apretar suavemente su pecho, dijo en voz feroz: "La verdad es que no".

Desde que él se había mudado con Janet, se había puesto muy impaciente.

Ante su respuesta, ella se limitó a voltear los ojos con una leve sonrisa.

Después de un rato, el celular dejó de sonar y el baño quedó en silencio.

Entonces Ethan volvió a besar con ansia y pasión sus labios, y le ordenó con voz ronca: "Abre las piernas".

Sin embargo, antes de que Janet pudiera complacerlo, el celular volvió a sonar, resonando contra los azulejos del baño, y no parecía que fuese a detenerse.

De hecho daba la impresión de que la persona al otro lado de la línea estaba muy ansiosa. Debía de haber algo importante de lo que necesitaba hablar.

Ethan estaba tan enojado que casi empujó a Janet, y poniéndose de pie, salió de la bañera y atendió.

"¿Qué pasa? ¡Habla!", le ladró a la otra persona.

El hombre que lo llamaba era uno de los subordinados a los que había ordenado investigar todo el asunto del secuestro, y la voz furiosa de su jefe le dio escalofríos.

"Señor... Lo que... Lo que pasa es que... Después de interrogar al conductor, confesó que fue Fiona quien le pagó para violar a Janet".

"Entiendo".

Después de colgar, Ethan se dio la vuelta y vio que Janet ya había salido de la bañera y se había envuelto con una toalla de baño alrededor del delgado cuerpo.

"¿Qué pasó? Eso sonaba serio. Probablemente deberías encargarte de eso primero", sugirió ella, pues no creía que debían continuar por el momento.

"Ese conductor fue contratado para hacerte daño", respondió él bruscamente. Acto seguido, le envolvió la cinturita con sus brazos, y mientras miraba sus labios rojos e hinchados, susurró: "Y Fiona es la que está detrás de todo esto".

Antes de que Janet pudiera reaccionar, él presionó sus labios contra los de ella con fiereza. Soportando la pasión del hombre, ella le dio la bienvenida a su lengua dentro de su boca, y mientras exploraban la del otro con cada caricia, el baño se llenaba de pasión.

"Espera, espera... ¿Fiona?", balbuceó Janet, todavía embelesada por el beso de Ethan.

Cabe destacar que ella se sorprendió, pues aunque Fiona nunca la había tratado bien, no esperaba que se rebajara a ese nivel de crueldad.

Apretando los puños, sus uñas se clavaron en sus palmas, y no pudo evitar sentir una mezcla de ira y decepción.

"Ella en serio debe de odiarme".

Ethan agarró su cara entre sus manos y la besó. Janet acababa de tomar un baño y su cuerpo olía dulce y fresco. "¿Qué es lo que quieres hacer?".

Sin tener ni idea, Janet negó con la cabeza. "Supongo que quiero verla cara a cara".

Él no se opuso, y pellizcándole la barbilla, dijo: "Déjame darme una ducha primero. Espérame afuera".

"¿No te acabas de bañar?", cuestionó ella ya que después de todo ambos estaban en la bañera unos minutos atrás.

Con un suspiro de impotencia, Ethan se apoyó contra la pared y señaló hacia abajo juguetonamente. "¿Crees que puedo salir así?".

Los ojos de Janet siguieron la dirección de su gesto, y no bien vio a lo que él se refería, inmediatamente apartó la mirada de golpe.

"Bien, bien. Yo... Te espero afuera", dijo ella enseguida, y con la cara tan roja como un tomate, salió corriendo del baño lo más rápido posible y cerró la puerta.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora