Capítulo 4: La peor pesadilla

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Esa noche en mi habitación le conté todo a mi papa, le dije el por qué faltaba a clases, le comente lo que yo había visto y lo que sospechaba, que seguro ese niño no era de él.

Pero mi papa mí miro de manera extraña y me contesto:- no sé qué pensar, me mentiste Olivia, a mí y a tus maestras, por un capricho con Casandra. Puedo entender que te cueste aceptarla pero inventar todo esto ya es demasiado.

Solo le insiste hasta llorar, pero él se levantó de la cama y se retiró angustiado y en silencio.

No podía ver lo que aquella mala mujer estaba haciendo.

Ese fin de semana fue el más vacío y triste que tuve, castigada y mi papá ni me hablaba.

Llegaron las vacaciones y comencé a ir todos los días a las granjas que tenía papá, al menos quería colaborara, sentirme útil y olvidar que tendría una hermana, o una extraña más en mi casa.

Una tarde que miraba televisión llego a casa nuevamente ese hombre con el que estuvo Casandra, ella lo atendió desde la puerta, y en un momento ambos me observaron de manera rara.

Al irse aquel, Casandra suspiro y exclamo:- ¡hay, hoy no tengo casa sola!

La observe de mala manera y me retire.

Pasaba los días yendo al cementerio a ver a mama, allí encontré varias veces ramos de rosas naranjas.

Entonces fui a la biblioteca del pueblo y pedí una computadora, allí me saqué las dudas del por qué las rosas de color naranja. Y al leer me di cuenta que representan alegría, felicidad, belleza.

Las rosas eran un juego para ella, no un presente.

Allí comencé a investigarla también, encontré sus redes sociales,

Allí en una de las fotos en las que ella estaba, también aparecía aquel extraño que iba a casa, su nombre era Alberto Frayman, abogado y contador, al parecer se conocían hacia mucho.

Ella era diseñadora de exteriores, así había conocido a papá, ella había diseñado el patio de casa, entonces hacia mucho se conocían, de bastante antes de que mamá muriera.

También busque acerca del accidente de mi madre, y lo curioso era que el que había llevado el caso era este tan Alberto.

Entonces mi cabeza comenzó a sacar demasiadas deducciones. Salí de allí llorando y fui nuevamente al cementerio.

Ya no sabía si mi mamá realmente había chochado con un árbol, o si la había matado.

Pasaron los días y mi papá estaba cada vez más pendiente del vientre de Casandra que de mí.

El 17 de febrero cumplí 13 años, mi papá me regalo mi primer celular, y me hizo una pequeña celebración.

Aquel día salimos juntos a montar a caballo, y allí le pregunte por la muerte de mamá, también si conocía quien era ese tal Frayman y que conexión tenía con Casandra. Pero papá sonrió y se detuvo a verme sorprendido.

Y allí me dijo:- cariño lo de Casandra no lo voy a volver a discutir, y ya sabes cómo murió tu mamá. Y con respecto al abogado fue precisamente Casandra la que me lo recomendó.

Solo atenué a reír, y le conteste que no era de extrañar, que abra los ojos de una vez porque yo no iba a aguantar todo aquello mucho más.

Pero mi padre suspiro y me pidió para continuar el viaje en silencio.

Intente muchas maneras de que mi padre abriera los ojos, hasta me anime a encarar a Casandra cuando él no estaba, y su respuesta me dejo helada, creí que era descarada pero no ese extremo.

Casandra sabía que yo no la quería y claro me dejo que ella tampoco, y además que yo era una espina en su camino, pero que con ese hijo/a seria su salvavidas, ya que mi padre era un hombre muy conveniente.

Olivia Galata "la vengadora"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora