Dicen que nuestro destino esta escrito mucho antes de que naciéramos donde tenemos que enfrentarlo sin saber el precio de este, primero fui Isabella de Venecia, luego fui Reyhan Hatun, paso el tiempo donde me convertí en Kosem Sultán y finalmente me...
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"El destino de la Dinastía"
La muerte en el imperio otomano siempre estaba presente, era un suceso inevitable, se podía observar en guerras donde gente inocente perdía su vida por un poder que solamente lo disfrutaba el Sultán y su familia, las mujeres no podían pelear esta guerra, pero su real campo de batalla era el parto, ellas daban herederos sin saber si podían morir en el proceso.
La Sultana Madre se caracterizaba por ser una mujer muy leal a su hijo, amable, sentimental pero muy desconfiada, sabía que uno de sus aliados la iba a traicionar, aunque se llevó una gran sorpresa que fuera Mahidevran, la consideraba una hija, la hija que la mato...
–Mi Madre...–murmuro la Sultana Hatice mirándola– Es una broma–la miro–
–No lo es mi Sultana–dijo Mahidevran llorando–
–No, No, No puede ser cierto–dijo Hatice con la voz entrecortada, sus manos comenzaron a temblar– Ella ayer me dijo...–sollozo– que la disculpara y yo no lo hice–la miro con sus ojos cristalizados–
–Y no lo hará porque ella murió–dijo Mahidevran tomando sus manos– Lo mejor que puede hacer es irse a despedir
–¿Como me dices eso? –pregunto– Ella no está muerta–suspiro sollozando y camino rápido hacia los aposentos de la Madre Sultana–
La Sultana Mahidevran la miro irse–niña tonta–ríe leve mientras camina– ¡Daye Hatun!–exclamo buscándola– ¡Daye Hatun!
La Sultana Kosem apareció por el pasillo mientras se quitaba su guante de cuero debido que había ido a montar–¿Que paso Mahidevran?–pregunto mirándola– ¿Cuál es la emergencia? –hizo una pausa– Adivino, tienes tantos vestidos que no sabes cual ponerte o peor, quebraste un espejo–rio leve–
–Kosem...–suspiro, le dio una sonrisa fingida– Mira, te quiero demasiado, pero tienes que aprender que para mí siempre serás Isabella, no importa cuantas veces te cambien tu nombre serás siempre una puta veneciana que te trajeron acá y te tiraron como la basura que eres
–Pues yo no te quiero, lo único que siento es lastima hacia a ti–se acerca a ella– Podrías haber hecho tantas cosas como parar mi dolor cuando era Isabella, lástima que ella está muerta, la mataron y tú te quedaste ahí sin hacer nada–la miro a los ojos–
–Yo no quería que pasara eso
–Tus palabras dicen una cosa, pero tus hechos dicen una versión totalmente distinta–la miro y se alejó de ella–
