Parte Única

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Mitsuri se levantó perezosamente de su cama, sus cabellos rosas y verdes se encontraban pegados a su cara y a su vez enredados por la posición en la que había estado durmiendo. Bostezó mientras estiraba sus brazos hacia arriba para quitarse el sueño, se veía linda incluso recién despertando.

A su lado, su esposo aún dormía tranquilamente boca abajo y con una mano debajo de la almohada, la cicatriz en las comisuras de su boca brillaban levemente por la luz del sol que entraba por las cortinas de la ventana. Mitsuri lo miró con cariño, extrañaba dormir en esa cómoda posición.

— Buenos días... — se acercó despacio al oído de su esposo para despertarlo mientras intentaba sacudirlo con una de sus manos.

Hoy es un día muy importante.

Siendo un domingo soleado por la mañana, todo apuntaba a que sería un muy buen día.

Mitsuri estaba emocionada, había planeado este día desde varias semanas antes, empezarían el día con un desayuno como el de todos los días, después saldrían a pasear por la ciudad yendo a almorzar en algún lado, y finalizando con un pequeño picnic en el parque.

Todo tiene que ser perfecto, pues hoy le rebelaría a su esposo el genero de su bebé.

— Despierta, Obanai... — nuevamente la chica sacudía a su esposo, consiguiendo despertarlo tras varios intentos.

Obanai empieza a abrir sus ojos lentamente, respiró profundamente mientras se levantaba hasta quedar sentado en la cama, frotó uno de sus ojos con su mano hecha puño y con la otra retiraba sus cabellos negros de la cara.

— Buenos días, amor... — saludó perezosamente el hombre — ¿Dormiste bien?

La mujer asintió mientras se acurrucaba entre los brazos de su esposo, amaba despertar con él a su lado, lo amaba tanto.

— ¿Y tú cómo dormiste, pequeño? — Obanai se inclinó hasta el pequeño pero abultado vientre de cinco meses colocando una mano por encima.

— Esta vez me dejó dormir tranquila.

Obanai sonrió ante sus palabras acariciando con cariño el vientre de su esposa mientras depositaba un beso en su mejilla, en noches anteriores Mitsuri le costaba poder dormir debido a las náuseas, que consiguiera dormir pacíficamente por una noche, era un gran logro para ambos.

Cuando supo que Mitsuri estaba embarazada, no había podido dejar de llorar por la emoción. Recuerda que fue el día de su aniversario de dos años de casados. Su esposa había preparado la cena y él le había traído varios chocolates que ella amaba y un gran ramo de rosas, mientras ambos cenaban tranquilamente en su casa después de un día largo de trabajo, Mitsuri le había pasado una servilleta para que pudiera limpiar las comisuras de sus labios, sorprendiéndose en cuanto la garró una fotografía caía entre el papel.

Había escondido las fotografías del ultrasonido entre la servilleta, y en cuanto Obanai la tomó, la imagen cayó sobre la mesa revelando la sorpresa.

Ese día ambos lloraron de felicidad hasta quedarse sin lágrimas, era una hermosa noticia para ambos.

— Eso me alegra mucho. — volvió a inclinarse para besar su vientre.

Ambos podrían quedarse en la cama por más tiempo, pero tenían un día lleno de planes, por lo que con un poco de pesar, Mitsuri convenció a su esposo de levantarse.

— Ve a bañarte y prepararte si quieres, yo prepararé el desayuno. — apuntó el pelinegro mientras besaba la frente su esposa.

Mitsuri asintió convencida dirigiéndose al cuarto de baño para asearse, Obanai mientras tanto pasaba por la pecera de su mascota Kaburamaru para darle de comer, una serpiente albina de ojos escarlata quien se había convertido en su fiel amigo.

Happiness || ObaMitsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora