𝟖𝐭𝐡 𝐦𝐨𝐧𝐭𝐡

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◡◠◡◠◡◠◡◠◡◠◡☻ 𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧 ☻◡◠◡◠◡◠◡◠◡◠◡

─ ¡Hanbin! ¡Ven rápido! ─aquello me hizo sentir un dejavú; fue como la primera vez que Hao me llamó para mostrarme la prueba de embarazo.─ ¡Corre!

Dejé todo lo que hacía en la cocina y entré con prisa a la habitación. Honestamente a este punto del embarazo me asustaba todo, Hao estaba próximo a dar a luz en cualquier momento y yo debería estar bien alerta.

A mi mente vino la idea de que se le rompió la fuente o algo por el estilo, pero la realidad fue otra; él estaba de pie frente a mí, con una mano tocando el bulto en su vientre.

Hizo un gesto rápido y tomó mi mano para dejarla junto a la suya sobre su cálida piel, sonriendo ansioso. Yo estaba confundido, no entendía porqué me llamó, ni siquiera me decía palabra alguna.

─ ¿Qué pasa? ¿Te duele algo?

─ Espera. ─soltó sonriendo y mirando hacia el bultito. La verdad quería explicaciones porque no captaba nada.

Pasaron unos segundos y todo estaba igual, nada sucedía y el silencio nos acompañaba. Al levantar mi rostro vi como su expresión cambiaba, al principio se veía emocionado, pero ahora estaba algo triste, y sentí mi corazón estrujarse. No me gustaba verlo así.

─ Hao... ─susurré pero él frunció el ceño.

─ Te juro que yo lo sentí. ─no entendía.

─ ¿Qué sucede, amor? ¿Te sientes mal? ─pero de inmediato él se negó sonriendo un poco.

─ No tontito, Weichen dio una patada.

Mi cuerpo se congeló. Leí por ahí que eso era normal, pero no lo había pensado en lo absoluto por ahora, estaba muy sorprendido.

─ Binnie...

─ ¿Significa que Weichen nos salió futbolista?

Sentí como me golpeaba en el brazo y rodaba los ojos con mis palabras. Fifas en mi casa no por favor, es lo único que pedía.

─ No seas bobo, Hanbin. ─bien, quizás exageraba un poco.

Empecé a sonreír notando como él reía de mis palabras. No sabía como describir su risa, era hermosa y sin duda mi favorita. Todo de Hao me encantaba.

Nunca me hubiera imaginado que él sería el chico con el que pasaría el resto de mis días. Estaba muy agradecido de haberlo conocido y ahora formar una familia. Se sentía irreal.

Estando ambos frente a frente podía ver su mirada, aquellos ojos marrones eran los únicos que me hipnotizaban al instante. Realmente lo adoraba.

─ Cuando veo el calendario y notó que faltan pocos días, los nervios se apoderan de mi cuerpo. ─confesó tomando mi mano libre, entrelazando nuestros dedos.─ Pienso en que si seré un buen papá para Weichen.

─ Hao, obviamente lo serás. ─dije de prisa para evitar la tristeza en el ambiente.─ Tienes una gran personalidad y vibra, serás el mejor.

─ Aunque tenga miedo, sé que contigo todo saldrá a la perfección. ─soltó con una débil sonrisa que me pareció la más tierna del mundo.─ Bin, lo tienes todo para ser el padre perfecto.

─ No digas eso que me harás llorar. ─no mentía, sus halagos y palabras bonitas hacia mi persona me ponían sentimental.

Lentamente vi como Hao llevaba su mano libre hasta mi mejilla y dejaba suaves toques que me hacían querer más, era maravilloso.

─ Te amo mucho, Hao.

─ Eres el esposo perfecto. ─comentó besando la punta de mi nariz, haciéndome reír un poco.─ También te amo.

─ Juntos iremos aprendiendo poco a poco preparándonos para el segundo bebé.

Apenas terminé de hablar, Hao quedó inmóvil de inmediato y sus ojos parecían traspasar mi alma. Quise reír, pero si lo hacía, sabía que me caería no solo la sartén, sino también la cocina completa.

─ ¿Qué dijiste?

─ Yo...

─ Hanbin...tenemos que discutir eso luego; ahora ni lo pienses, no quiero volver a la etapa de las náuseas, fueron lo peor. ─lo sentí como una advertencia; si valoraba mi vida, no volvería a decir algo así.

─ Descuida, no dije nada.

─ Más te va...¡ow! ─ambos nos quedamos congelados cuando sentimos un golpecito bajo nuestras manos.

─ Sentiste eso, ¿verdad? ─pregunté para asegurarme. Mi mano aún descansaba sobre su vientre, por lo que solo había una explicación para lo que sucedió.

─ Si, así golpeó Weichen hace un rato. ─dijo con obvia emoción.

─ ¡No puede ser! Sentí a mi bebé por primera vez. ─mi corazón parecía salir de mi pecho en cualquier momento por lo acelerado que estaba. Podía llorar en cualquier momento.

─ Se siente extraño, pero a la vez muy hermoso.

─ Espero que su primera palabra sea "papá Bin". ─él me miró indignado y luego comenzó a reír como si fuera lo más divertido de su vida. ¿Qué era tan gracioso?

─ Sueñas, yo le enseñaré a decir primero "papá Hao".

─ ¿Quieres apostar? ─su mirada vacilante lo decía todo; si se trataba de ganarme, obviamente aceptaría.

─ ¿Qué hay en juego? ─lo pensé por varios segundos hasta que finalmente encontré el mejor premio para ambos.

─ Unos besos míos. Ganes o pierdas los ganarás.

─ Acepto. ─dijo acercándose hasta mi rostro con suma lentitud.

─ ¿Quieres una demostración ahora? ─sus labios rozaban con los míos, sintiendo su suave textura que me enloquecía.

─ Si tanto insistes...

Con prisa atrajo mis labios a los suyos, iniciando un beso algo intenso. Sus movimientos eran profundos, exquisitos para mi gusto.

Mientras me deleitaba con su sabor, sentí sobre mis manos otro golpe sacándome una risa inconsciente. Hao también lo notó y sonrió en grande.

─ ¿Alguien está celoso?

─ Descuida Weichen, también hay besos para ti.

Me puse de rodillas hasta quedar frente al vientre y comencé a dejar pequeños besitos suaves para mi bebé, junto a unas cuantas palabras que solo hacían reír cada vez más a Hao.

Si pudiera detener el tiempo para escuchar su voz, sin dudas lo haría. Su risa me hacía el chico más feliz y afortunado del mundo.

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𝐖𝐄𝐈𝐂𝐇𝐄𝐍 ⩴ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora