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Me acerqué con cautela a la habitación, donde encontré a Mateo mirando por la ventana, perdido en sus pensamientos. Me acerqué lentamente y él se dio la vuelta, sus ojos llenos de tristeza.

-Lo siento, mamá, por gritarte antes. No quería lastimarte -dijo Mateo, acercándose para abrazarme.

Lo abracé con fuerza, sintiendo el peso de la responsabilidad en mis hombros.

-No tienes que disculparte, cariño. Yo también lo siento si te lastimé. A veces las cosas se ponen complicadas entre los adultos, y terminamos afectándolos a ustedes, los niños -le expliqué, acariciando su cabello.

Mateo me miró con curiosidad en sus ojos.

-Mamá, ¿por qué nunca me dijiste que Tom es mi papá? ¿Por qué me lo ocultaste? -preguntó, con una mezcla de confusión y tristeza en su voz.

Respiré profundamente, preparándome para tener una conversación honesta con mi hijo.

-Mateo, te lo oculté por problemas que los adultos teníamos. Pensé que era lo mejor para ti en ese momento, pero ahora me doy cuenta de que cometí un error. Tom es tu papá, y mereces saberlo. Te pido perdón por mantenerlo en secreto -le respondí sinceramente.

Mateo me miró fijamente, procesando la información.

-Entiendo, mamá. A veces las cosas son complicadas, ¿verdad?-dijo Mateo, mostrando una madurez inusual para su edad.

Sonreí orgullosa de mi hijo, admirando su capacidad de comprensión.

-Eres un niño increíblemente inteligente Mateo. Sé que harás lo correcto.  -le dije, acariciando su mejilla.

Mateo asintió con determinación y una pequeña sonrisa se formó en su rostro.

(.....) Ala mañana siguiente

Me desperté temprano esa mañana, llena de una mezcla de emociones. Sabía que Tom vendría a ver a Mateo y no estaba segura de cómo enfrentar la situación. Me puse de pie y me apresuré a preparar a Mateo, tratando de mantener la calma.

Cuando finalmente llegó el momento, escuché el timbre y supe que era Tom. Abrí la puerta con una actitud desafiante, dispuesta a mostrarle que no estaba dispuesta a ceder tan fácilmente.

—entra ya  —le dije con un tono de voz cortante, tratando de ocultar mi nerviosismo.

Tom me miró con una expresión suave en su rostro y me soltó un cumplido inesperado.

—Te ves hermosa, ______ —me dijo, tratando de suavizar las cosas.

No pude evitar soltar un suspiro exasperado y le respondí de manera despectiva.

—No molestes, Tom.

Sentía una mezcla de resentimiento y dolor dentro de mí. No sabía cómo enfrentar a Tom después de todo lo que había sucedido.

Tom parecía sorprendido por mi respuesta, pero no dejó que eso lo detuviera. Se mantuvo firme y decidido.

—Mateo te hizo algo, Tom. No quiero que lo lastimes —le dije, tratando de encontrar una excusa para mantenerlo alejado.

Tom se acercó un poco más, mirándome directamente a los ojos.

—_______, nunca haría daño a Mateo. Él es mi hijo y lo amo con todo mi corazón.

Sus palabras me conmovieron, pero mi terquedad aún me mantenía en guardia.

—No sé si puedo creerte, Tom. Has hecho mucho daño en el pasado y no quiero que eso se repita.

Tuyo - Tom Kaulitz+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora