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1830-Llanos Venezolanos (Pasado)
La familia Villanueva estaba conformada por los padres: Chía —una mujer de ascendencia indígena— y Simón —un hombre pálido de ascendencia española—. Ellos eran los actuales líderes del pueblo, descendientes de los antiguos Villanueva y administradores de la magia del araguaney.
Continuaron con la tradición familiar de compartir sus recursos con otras personas, además de ser my hospitalarios con quienes los necesitaban. Ciertamente, la pareja era bastante querida por los habitantes.
Ellos tenían dos hijos: Una niña de 12 años llamada Gladis y un niño de 4 años llamado Fernando. Esos críos eran su alegría y soñaban con verlos convertirse en dignos Villanueva en el futuro. Los criaron con amor y les inculcaron valores, enseñándoles especialmente a compartir y no ser egoístas.
Todas las noches los acostaban y, antes de dormir, les contaban cuentos. La historia favorita de Fernando era la leyenda del árbol de araguaney y los mitos de Wanadi, sentía una especial conexión con estas historias.
Hasta ahora, su vida era perfecta.
🏵[...]🏵
Una noche Chía y Simón emprendieron un viaje lejos del pueblo, empacaron algunos recursos y se despidieron de sus hijos. Estos les preguntaron a dónde iban, pero la pareja no respondió, todo sería una sorpresa.
Así, los vieron partir en sus caballos y se despidieron de ellos, esperando volverlos a ver pronto; Y sí, los vieron, tras unas semanas la pareja regresó de su viaje pero no cómo esperaban.
Planeaban que su viaje fuese más largo, pero fueron atacados por una fiebre bastante grave que los obligó a regresar. La más afectada fue Chía y Simón a duras penas pudo lograr que volvieran al pueblo. Como en su viaje de regreso no tenían medicinas ni médicos a su alrededor la enfermedad fue empeorando y el pueblo más cercano era el natal.
Nadie tenía la culpa, nadie sabía que esto iba a pasar, fue algo que simplemente pasó.
Los ciudadanos hicieron de todo para sanar la enfermedad, pero la fiebre no hacía más que subir y provocarles pérdida de la consciencia. Llamaron a doctores de todos los pueblos que fueron ayudados por la familia Villanueva, sin embargo estos no pudieron hacer nada, estaban demasiado graves.
Probaron con medicinas, plantas curativas y hasta llamaron brujas curanderas... Nada parecía resultar.
La suerte no estaría de su lado esta vez. Fueron las circunstancias.
🏵[...]🏵
Ocurrió lo que todos temían: Chía y Simón sucumbieron ante la enfermedad y sus vidas se apagaron. Ese día el pueblo lloró como nunca antes había llorado, las calles se llenaron de pena y la música que todos los días sonaba alegremente se apagó, ni siquiera se escuchaban lamentos, todo era silencio con algún que otro sollozo.
Gladis estaba enojada, frustrada, llena de odio... Sus padres hicieron de todo para ayudar a los demás y hacerlos salir adelante, pero cuando ellos necesitaron ayuda ¿Qué hicieron las personas? Nada, absolutamente nada, no pudieron salvarlos.
— Esto es lo que nos ganamos al compartir... —Le decía a su hermano mientras apretaba los puños, el niño estaba pegado a su falda negra, él no entendía qué estaba pasando.
El más pequeño se acercó a los ataúdes aunque en realidad no sabía lo que eran. Podía ver a sus padres ahí, con los ojos cerrados ¿Qué les pasaba?
— ¿Por qué están dormidos? Tienen que trabajar. Van a despertar ¿Cierto? —preguntaba a los adultos.
— No, niño... Esta vez no van a despertar.
Las miradas se posaron sobre Gladis, ella y su hermano eran los únicos Villanueva restantes hasta el momento y ahora sería la chica quien llevaría el manto de líder. Quizás sería mucha presión para una niña, pero eso a ella no le importaba, de hecho ya sabía cuál sería su primera orden.
— Construyan un muro al rededor del pueblo, lo más alto posible y que sea de piedra. Ahora nadie puede entrar o salir.
— Señorita Villanueva... ¿Está usted segura? Estaría bloqueando el contacto con el exterior, nuestra mayor tradición sería imposible de continuar.
Pero ella no iba a cambiar de idea, así que la construcción del muro se inició lo antes posible.
Prestaron ayuda por muchos años y cuando necesitaban que devolvieran el favor nadie hizo nada ¿Entonces por qué tenían que seguir compartiendo?
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1840-Llanos Venezolanos (Presente)
Fernando se levantó temprano, tenía muchas cosas que hacer. Tomó una ducha y se vistió con sus mejores ropas. Dió las gracias a Wanadi por permitirle despertar y sacó un poco de fruta abrió una enorme jaula en la que vivía una pareja de turpiales que tenía de mascota para poder alimentarlos.
— ¡Chía, Simón, buenos días! ¿Durmieron bien?
Los pajaritos no respondieron porque estaban comiendo, pero le entregaron una mirada cálida y amable.
— Hoy será un nuevo día. —Se dijo el muchacho lleno de motivación.
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No sé jaja, este es un libro que quería escribir desde hace tiempo.
No sé con qué frecuencia actualice, pero espero no tardar cien años, de todos modos no será un libro muy largo.
Espero que les haya gustado, en fin, nos vemos.
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Araguaney
FantasyEn un pueblito en los llanos venezolanos, completamente alejado de la mano de Wanadi existe un enorme araguaney mágico que provee a sus habitantes de todos los recursos que puedan desear. Sin embargo, tras varios años viviendo en paz y prosperidad...