Daphne Kellett
Una voz más en mi cabeza suele aparecer de vez en cuando, más si estoy en un momento donde no sé cómo reaccionar y me pongo nerviosa. Es algo que me grita "No vas a lograrlo, eres patética", "Recuerda que ellos todo lo ven, lo escuchan y lo dicen" o "¿De verdad vas a hablar? ¿Qué pasa si se ríen o se burlan de ti? Serías un blanco fácil para futuras humillaciones."
Es más o menos una lucha interna; mi mente dice algo, pero "eso" lo cambia todo y las cosas empeoran cada vez más... Además, gracias a esa voz me prohibí de muchas cosas, que ahora que lo pienso, me hacen falta...
Me levanté de mi asiento como todos anteriormente habían hecho para presentarse. Más de medio salón me miraba expectante y eso me estaba agobiando.
—M-mi nombre es Daphne Kellett... Y, me gusta el arte y la música... —Aunque mi voz se rompió al principio, traté de sonar lo más tranquila posible, por eso escondí mis manos detrás de mí, apretando mi muñeca para calmarme. Cuando me senté nuevamente, unos susurros y risas me alarmaron. No sabía de quién o de qué se reían y hablaban, pero de solo pensar que era de mi, unas inexplicables ganas de llorar me invadieron.
—¿Estás bien?.— La profesora me regresó a la realidad tocándome el hombro y negué despacio. Le pedí permiso para salir un momento y caminé hacia la puerta cuando accedió; después solo corrí, pero gracias a las lágrimas que invadían mis ojos no sabía por dónde iba... no me importaba.
Quizá para algunos es algo ridículo, pero como ya he mencionado, no quiero llorar en frente de desconocidos que veré todos los días. No en una situación así cuando ni siquiera sé si esos comentarios eran para mi... Si realmente vale llorar por... Por lo que sea que esté pasando...
Cuando me cansé de recorrer esos largos pasillos, paré en uno de los patios menos concurridos y me senté detrás de uno de los árboles más altos. Abracé mis piernas y traté de esconder mi roja cara entre mis rodillas para así contener los sollozos que escapan sin permiso de mi boca. Esperaba que nadie me encontrara, y si alguien lo hacía, quería que me ignorasen a toda costa; pero unos ojos me observaban, podía sentirlos. Seguidamente, una cálida mano acarició mi espalda y luego pude percibir cómo alguien me abrazaba.
—Tranquila, desahógate. — Escuché cómo susurraba eso solo para que yo la escuchara. Me acurruque y la abracé. Algo en mi sabía que era la profesora Diana. Ella me estaba consolando y también me estaba dando lo que necesitaba y más deseaba... un cálido y maternal abrazo que me haga sentir protegida. Ella besó mi frente y se aferró más a mi mientras mis lloriqueos eran cada vez más débiles.
No sé cuánto tiempo pasó, pero de lo que estaba segura era de que ya me sentía un poco más aliviada. Me separé un poco de ella y abrí mi boca para hablar, pero nada salía. Quería agradecerle por estar a mi lado en un momento difícil y raro, pero las palabras estaban atascadas en mi garganta, que por cierto, estaba seca.
—No es necesario que hables ahora. Solo respira y tranquilízate. Siente como tu respiración se va calmando, llevándose todo lo que te molestaba.— Acariciaba mi cabeza que recostó en sus piernas.— Trata de relajarte y sentir tu cuerpo menos tenso, y si te duermes no importa, yo estoy aquí para cuidarte.
"Yo estoy aquí para cuidarte"... Es tan hermoso que alguien te diga eso cuando lo único que quieres es desaparecer y dejar de existir...
Luego de unos minutos, tal y como ella dijo, me dormí. No soñé nada específico. Todo era oscuro y negro, ni un rastro de luz se veía en donde sea que estaba. Solo escuchaba que personas hablaban, pero no les entendía.
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Abrí mis ojos lentamente tratando de acostumbrarme a la blanca luz de... ¿Dónde se supone que estoy?. Volteo mi cabeza a todos los lados de la habitación tratando de ubicarme geográficamente. Este el instituto es demasiado grande y es posible perderse, más si no lo conoces... Cómo yo. Según calculo, estoy en la enfermería. Puedo deducirlo ya que todo es horriblemente blanco.
—Oh, que bueno que ya despiertas. La señorita Saenz estaba preocupada por usted.— Habló una enfermera que entraba en la habitación.
—¿Y ella dónde está ahora?...— Pregunté... No quiero ser insistente e insoportable.
—Dijo que fue a buscar algo para comas. Estás pálida... ¿Desayunate algo, cielo?. —Preguntó acariciando mi mejilla.
—Una barrita de cereal. —Sonreí apenada. Sé que no está bien solo comer una fruta en todo el día, pero alguien no dejaba de hablar y tuve que sacrificar mi dinero en un yogur para que mis oídos y mi mente descansen.
—Eso no es muy llenador. ¿No comiste nada más?. —Negué levemente con la cabeza. Estaba nerviosa porque no suelo hablar de mi relación con las comidas con nadie, a excepción de Luka y papá, claro. La enfermera me dijo que iría a hacer cosas que le quedaron pendientes y que luego volvería a hacerme compañía... aunque a la única que quería ver era a mi profesora...
Me recosté un rato y me perdí en las líneas que formaban el diseño del techo de la enfermería; mi cabeza daba vueltas y me sentía muy débil, casi no podía tener los ojos abiertos y ahora esos patrones que observaba me mareaba un poco.
—¡Ay, cállate!.— Se escuchó detrás de la puerta.
—¡A mi no me callas!. ¡Vos la dejaste sola cuando no conocía a nadie!.— Ay dios, uno queriendo tranquilidad y estos dos peleandose...
—Otra vez con eso, ¡Fui a buscarle algo para que coma!. —Entró gritando Luka.
—Si como no.— Murmuró Alex que venía con los brazos cruzados.
Los miré confundida, según lo que me habían demostrado antes, se llevaban mal y me sorprendía verlos juntos... Va, seguían discutiendo como antes, pero pudieron venir separados.
—Hola Daph. —Sonrió Alex.— ¿Cómo te sientes?.
—Bien, solo que me duele la cabeza y me siento un poco mareada.— Toqué la parte "afectada".
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Holaa!... Si, hace rato que no actualizo, pero tengo buenas razones... Estaba leyendo "Carolina entre líneas" y ahora empecé a leer "El resurgir de las sombras" de Indiciclotonica2. Apenas la empecé, pero está buenísima! y si te gusta la fantasía y enemies to lover, este libro es para vos...
Además, gracias a @Zamia_Pouli y a @angela_comesanha por apoyarme en esto... Gracias realmente....
No se olviden de votar y... ¿Cómo creen que la profesora encontró a Daphne?
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Pensar con claridad
Teen FictionQue te observen por ser la nueva o el nuevo en una secundaria o universidad es lo más incómodo que nos puede llegar a pasar, ¿no?. Tu mente no te deja en paz y la típica pregunta "¿Y si no consigo amigos?" retumba en tu cabeza una y otra vez. Las ma...