Parte 2

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El viaje fue pesado, demasiadas horas en avión y con tormentas, eso no ayudó. Realmente por una vez en la vida estaba deseando llegar a mi nuevo hogar. Nos recogieron dos coches en el aeropuerto con el nombre de la empresa que ahora capitaneaba mi padre. Dos modelos Haigas de FCA color negro, y lo recuerdo tan bien porque me fascinaron de lo grandes que eran.

El camino fue de una hora, aunque no recuerdo mucho porque me dormí. Mi padre iba en el primer coche y mi madre y yo en el segundo. Llegamos a una zona de urbanizaciones recidenciales. Las casas eran enormes, las vistas eran expectaculares, totalmente  diferentes al resto de ciudades en las  que ya había vivido.

Finalmente después de un rato, llegamos a la que era nuestra casa. Estaba situada en la urbanización pero a las afueras, como zona privada, sin apenas casas a los alrededores. Recuerdo las faiciones de la cara de mi madre al ver la nueva casa, y la comprendo porque yo tampoco me lo creía. Tenía como cuatro pisos al menos, cristaleras que según mi madre permitía ver desde dentro hacia fuera pero no desde fuera hacia adentro. Cuando nos bajamos del coche me fui rápidamente hacia mi padre, que me recibió con los brazos abiertos y cogiéndome en brazos mientras nos acercábamos a mi madre y justo colocándose a su lado izquierdo,  entrelazó su mano con la de mi madre.

Los rostros de mis padres fue algo tan especial... se les veía muy felices, no se si por la nueva vida que comenzaríamos a partir de ese día o simplemente porque se amaban.

Durante los días restantes, simplemente nos dispusimos a desembalar  todo, a conocer los alrededores y preparar los papeles para mi nueva escuela. Mis padres me hicieron prometer que no me volvería a meter en ningún lío, con ningún alumno ni profesor y que estudiaría. A regañadientes acepté, pues aquel ya era nuestro hogar difinitivo y esta vez quería encajar con el resto y ser una más.

El resto del verano pasó muy rápido, pues el gran día llegó, mi primer día de escuela. Esta vez estaba convencida de que podría hacer amigos, el idioma si que lo conocía, mis padres desde que nací se aseguraron de que aparte del idioma materno y paterno el tercero tenía que ser el inglés, así que no tenía problema para ello.

NUESTRA ÚLTIMA PRIMERA VEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora