Tomé una taza de café y partí una empanada a la mitad tendiéndole a Key la otra. Eso es lo que pasaba cuando Lee Taemin se deprimía: café, empanadas, helado y pizza. Las cosas nunca terminaban bien.-Hola Appa -saludó Doyun cerrando la puerta de golpe.
-¿No venías con...?
La puerta se volvió a abrir dejando aparecer a un muy molesto Jonghyun.
-Odio a ese niño -me aseguró Jonghyun entrando a traspiés por la sala.
Ya, Doyun no es mi hijo. En realidad es una historia muy simple que parecía presentarse demasiado complicada para el resto del mundo: el tío Siwon y la tía Tara murieron en un accidente de auto cuando Doyun tenía un año, el acostumbraba estar en casa con nosotros todo el tiempo, así que no es de sorprender que el día del accidente estuviera en casa jugando Jenga con Jennie. Honestamente era muy pequeño y no recuerdo demasiado, pero sé que mi padre era el único familiar vivo que podía hacerse cargo del pequeño mini discípulo de Satán y cuido de Doyun todo el tiempo. Dolía admitirlo, pero ese demonio fue mi mejor amigo. Siempre le pedía Doyun que jugara a ser mi bebé y él obtenía papillas gratis así que funcionaba para ambos. La cosa es que a pesar de que era un pasatiempo de nuestra infancia a veces me llamaba "Appa" por que sabía que me molestaba, me hacía sentir viejo... oh, y odiaba que lo hiciera frente a hombres guapos, por lo que, claro, lo hacía.
-No es mi hijo -corregí.
-Para tener quince años es muy exasperante -aseguró Jonghyun robando la empanada de Key.
-Claro que puedes comerla -dijo Key con sarcasmo.
-Y tu no tienes que ver como revienta su acné en el espejo del baño.
-¡Taemin! -silenció Doyun desde el baño.
-¡Soy tu padre! -grité de vuelta.
Key sonrió y Jonghyun negó con la cabeza.
-Tuvo una pelea... de nuevo -advirtió Jonghyun -. Esta vez tuve que meterme, el chico es una maquina de guerra. Y Jennie tuvo que hablar con la directora... Otra vez.
-Eso explica el rastro de sangre en tu cuello. -Key asintió.
Suspiré.
Ultimamente Doyun había estado peleando con cualquiera que tuviera alma y mirara dos veces en su dirección.
- Hablaré con él -prometí.
-Tú eres el genio Jonghyun, habla con él, siempre lo haces.
-Key, ya lo intenté, está más insufrible que nunca -respondió Jonghyun.
Los tres eramos los como los padres de Doyun, siempre nos turnabamos para hacerle el desayuno, llevarlo a clases y (la más común) hablar sobre las repercuciones de romperle los huesos al prójimo.
-Pediré una pizza -anuncié tomando el teléfono.
Key chasque la lengua. -Cuidado Jjong, está molesto por que ahora tiene un buen trabajo.
Fulminé a Key con la mirada.
El mostró las palmas.
-Dime que no es en esa pizzería -pidió Jonghyun sentándose junto a Key.
Rodé los ojos.
-Nopo, consiguió empleo en la editorial Best Choice .... Como redactor.
-¡¿Qué?!
-No es tan interesante -aseguré sumergiendo mi empanada en el café.
Key hizo una mueca. -Como sea, tenemos que celebrar.
-¡No tengo nada que celebrar!
-¿Qué te parece en el restaurante de los soles? -le preguntó Jonghyun a Key ignorándome.
-¿El que tiene ese feo mimo en la entrada?
-Odio a los mimos -gruñí.
-See, si entramos por la puerta trasera no nos mostrará ese feo truco que hace con el dedo.
-¡Odio el truco que hace con el dedo! -Era asqueroso.
-Bien, a las ocho.
-¡¿Es que nadie va a escucharme?! No quiero celebrar mi muerte.
-Bien, nos vemos entonces -respondió Jonghyun ignorándome... de nuevo-, Por cierto, Tae, Doyun le rompió la nariz a otro chico el Miércoles.
Gruñí y deje caer la cabeza hacia atrás. -Jamás tendré hijos.
Key asintió. -No los tendrás si sigues comportándote como un ogro.
-No me comporto como un ogro -me crucé de brazos.
-¡JA! -objeto Doyun desde su habitación.
Jonghyun rió y comenzamos a hablar de lastrivialidades de la fragilidad de la vida humana. Jjong era médico y solía llenarnos de detalles asquerosos sobre pacientes que vomitaban sangre con flemas y esa clase de cosas que te hacían bajar de peso más rápido que la dieta del té verde de Lady Zamar. Al poco tiempo Jonghyun se marchó y Key me mirócon seriedad. Una especie de seriedad aterradora, Key tenía eso con las personas, era como una máquina que simplemente se ponía en modo vas-a-obedecerme.
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Perfecto Desastre [2min]
HumorLee Taemin tiene 23 años, mala suerte y una lengua con vida propia. Minho es un importante empresario de 25 años, serio, con enfoque al trabajo y un inexistente conocimiento de la palabra "diversión". Cuando ambos se ven forzados a trabajar en equip...