Parte 3

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Realmente estaba nerviosa. Aquella escuela era diferente a las otras en la que estuve. Las personas... se veían diferentes. Me refiero... no eran tan correctos como en Corea. De hecho, recuerdo justo cuando me estaba bajando del coche con mi madre para entrar a conocer al director, observar cómo varios niños no muy mayores que yo corrían sin supervisión de unos adultos, otros protestando por no querer entrar en la escuela y sus madres en medio de la calle riñéndoles. Era como otro mundo, mi mundo. Realmente me sentí en mi hogar. Me sentía libre, sin tener que seguir reglas estrictas de comportamiento, de ropa... simplemente sentía que en aquel lugar podría llegar a ser yo misma. Pero claro, también les prometí a mis padres que ya no volvería a meterme en líos, aunque en aquel lugar iba a ser difícil... pero lo intentaría.

Una vez dentro, mi madre y yo nos dirigimos al despacho del director, aunque para nuestra sorpresa dentro se encontraba una mujer. Por lo visto el antiguo director de la escuela de jubiló y entró aquella mujer y como era reciente aún no habían hecho los cambio de los nombres. Me impresionó mucho ver una mujer siendo directora, en Corea solo había profesoras pero siempre un director, estaba bien que en America eso fuera diferente. Sentía que en muchos aspectos eran más liberales, aunque esto lo descubrí mucho más adelante.

Esta mujer me acompañó a mi clase donde ya se encontraban mis compañeros sentados cada uno en sus respectivos sitios. El profesor que tocaba a primera hora fue el encargo de presentarme a la clase y de asignarme un sitio.

Cuando justo, una chica se levantó y dijo  puede sentarse aquí , mis ojos rápidamente se fijaron en ella, no era como los demás, me refiero, su aspecto ... no era caucásica, sus faisciones eran muy parecidas a las mías aunque tampoco llegaba a ser exactamente iguales.

El profesor aceptó y yo me dirigí hasta el asiento junto a aquella chica, la cual, empezó a intrigarme. Tomé asiento y justo no me dió tiempo de sentarme cuando ella con una sonrisa en su rostro y con una voz muy calidad me dijo  Hola, soy Rosanne pero me puedes llamar Rose,  mientras estiraba su mano derecha para estrecharla con la mía. No sé porqué pero no supe reaccionar, tan solo supe gesticular un simple  Yo soy Lisa  y luego me senté mirando hacia delante rechazando su saludo de mano, aunque no queriendo, tan solo porque me puse nerviosa y no supe el porqué. Sentí que ella se molestó y a la misma vez se entristeció.  Me sentí mal por aquello, pero ahora después de aquello no sabía como hablarle ni qué decirle, así que el resto de la hora de clase no nos dirigimos la palabra.

Las horas siguientes las pasé simplemente aprendiendo donde estaban las clases, el horario y conociendo los alrededores de la  escuela. Aún así, me seguía sintiendo mal por  Rose, ella había sido muy simpática desde el principio conmigo, en cambio yo, sin saber  por qué y por la culpa de los nervios, me comporté muy mal con ella,  haciéndole sentir mal, y ahora la que se sentía mal era yo.

La verdad, le estuve buscando durante el descanso, para disculparme pero... No la encontré. Quise esperar hasta la última clase y justo cuando terminase, tenía pensado disculparme con ella, pero lo extraño fue que no apareció a la última clase.

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