Esta noche he decidido pasarla con Ainhoa. No quiero dejarla sola después de todo lo que ha pasado con su ex marido. Ese hombre es peligroso, así que no puedo dejarla sola despuès de una situación así.
El hecho de que aparezca y la asuste me da miedo, y también me da miedo que vuelva a beber, porque si algo he aprendido en los meses que la conozco es que él es la clave de su problema de bebida.
En cuanto terminamos de trabajar, decidimos salir del hotel. No quiero que mi madre ni nadie nos espíe. Parece que mi madre sigue teniendo problemas con este asunto entre Ainhoa y yo, pero me da igual porque estoy enamorada de ella y no quiero saber nada si a los demás les parece bien o no.
-¿A dónde me llevas? -me pregunta la chica pelirroja mientras estamos en el coche.
-Es una sorpresa- respondo con una dulce sonrisa mirándola.
-No me gustan las sorpresas pero por ti haré una excepción- dice cogiéndome de una mano y dejándonos en un beso.
En unos minutos llegamos al lugar donde ella debía llevarme unos días antes a petición de Jon.
¿Por qué desperdiciar una oportunidad y no ir allí de todos modos?
Así que aquí estamos.
He reservado una habitación para todo el fin de semana, y mi única intención es quedarme en la habitación con Ainhoa, con los móviles apagados y sin nadie que nos moleste.
-Ahora, estos se tienen que quedar aquí...- digo cogiendo los dos móviles y colocándolos dentro del cajón de la mesita de noche.
-¿Y si nos llaman del trabajo?-
-Ahí están Paolo y los demás. Dejé dicho a José María que nos llamaran sólo en caso de vida o muerte- admito sonriendo mientras me acerco a Ainhoa cogiéndola por las caderas.
Hace lo mismo conmigo mientras sus ojos me escrutan como si fuera la criatura más bella del planeta.
Pero aquí la única criatura bella es ella, Ainhoa.
Nunca pensé que podría enamorarme tanto de ella, sobre todo porque nunca me permití etiquetar mis relaciones anteriores, pero ya se sabe, que cuando llega la persona adecuada, todo lo anterior desaparece en un nanosegundo.
Y Ainhoa es la indicada para mí, y espero serlo yo para ella.
-Mmh, ¿vamos a seguir mirándonos o tienes algo más planeado? -me pregunta devolviéndome la cabeza a la tierra.
-Sí, claro. Tengo planeada una velada súper especial. Pero cada vez que me miras me tiemblan las piernas y ya no entiendo nada- le digo mientras una tierna sonrisa se dibuja en mis labios.
-¿Sí? Entonces, si sigo mirándote así- dice acercándose a mí y agarrándome por las caderas -corro el riesgo de hacerte perder el equilibrio, ¿no?- añade a continuación en un susurro que me desestabiliza, haciéndome perder el equilibrio de verdad.
-Estás siendo injusta- le digo, fingiendo enfado.
-¿Por qué?-
-Porque sabes que tienes ese poder de seducción sobre mí y me mantienes a tus pies.
-¿Sí? ¿Tengo ese poder?- me dice, sonriendo levemente.
Tiene una sonrisa preciosa, y nunca dejaría de mirarle a él y a ella.
-Deja de fingir. Sabes muy bien que lo tienes, JEFA-
-Mh, repite eso-
-Jefa-
-Es sexy oirlo de ti..-
- Jefa, jefa.. jefa- digo, bajando el tono hasta decirle lo último al oído en un susurro sexy.
