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Y deseo arrancarte la sonrisa de la cara.

 A veces pienso: si pudiera destrozarte el alma, todavía, muy dentro tuyo, me seguirías queriendo?

Tus ojos me miran con amor, y yo no tengo nada para ti.

Me entregas tus manos a voluntad, para que ahora mi voluntad no las deje ir. Y si fuera tan cruel, hubiera soltado tu mano para dejarte sola, para que llores de angustia al no verme. 

Pero no pude, y ahora estás a mi merced, un placer que sólo tú puedes sentir.

Te estoy haciendo mía, mujer.

Y ahora ríes y lloras, no sabes si fue buena idea quedarte conmigo.

No sabes si estas manos te arrebataron la vida, porque ahora todo se siente tan jodido.

Crónicas de un corazón afligido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora