Camas de hospital ꒰Sᴏᴏɢʏᴜ꒱

27| Futuro

Un buen novio debe apoyar a su pareja, ¿verdad?

Estaba decidido a hacerlo por Beomgyu. Él había pasado por mucho dolor la última vez y yo no iba a sumar más.

Escondí mi preocupación, mi miedo y mi tristeza y le mostré mi mayor sonrisa falsa besándolo inmediatamente después para que no se diera cuenta.
Pero mi chico era más inteligente que eso.

—¿Qué pasa, Soobin?— me preguntó rompiendo nuestro beso y mirándome a los ojos.

—Nada cielo. Estoy muy feliz por ti—. Mentí.

—Entonces, ¿por qué estás tan tenso?— me preguntó de nuevo colocando sus manos en mis hombros para que se relajaran. —¿Y por qué te tiemblan las manos?

Era inútil seguir fingiendo, así que me di por vencido y después de considerarlo un poco, decidí que tenía que ser honesto.

—Gyu, estoy feliz por ti, de verdad lo estoy. Pero-

—Pero tienes miedo de que nos separemos—, me interrumpió mirando hacia su regazo. —Lo entiendo, Soo.

—¿En serio?— Le pregunté en un susurro.

—Si. Quiero decir, yo también estoy preocupado por eso.

—¿Por qué? Finalmente dejarás este lugar. Pensé que eso era lo que más querías.

—Lo que más quiero eres tú, Soobin—. Él admitió con una risita. —No quiero estar lejos de ti. Y además, no tengo familia ni amigos. ¿Dónde me voy a quedar de todos modos?

—Oh, cielo-

—Prefiero quedarme aquí contigo.

Sus ojos brillaban mucho y era obvio que estaba conteniendo las lágrimas, así que lo atraje hacia mí y lo abracé con fuerza. Quería que supiera que yo estaba allí para él y que siempre lo estaría. Él no estaba solo.

Permanecimos así por un tiempo hasta que una idea, una brillante, cruzó por mi mente.

—¿Por qué no te quedas en mi casa?

La repentina reacción de Beomgyu me hizo saltar, no literalmente, por supuesto. Nunca antes había reaccionado tan rápido, sentado con la espalda recta y abriendo los ojos tanto que incluso daba miedo.

—¿En tu casa? ¿Con tu familia?— su voz sonaba como si mi propuesta fuera algún tipo de crimen.

—¿Por qué no? Les agradas mucho, tal vez incluso más que yo—, me reí haciéndole cosquillas para hacerlo reír también. —Estarían encantados de tenerte, créeme.

—Te estás volviendo loco, cariño". Él me sonrió poniendo los ojos en blanco.

—Puede que les agrade, pero eso no significa que me recibirán en tu casa cuando ni siquiera tú estés allí.

—Déjame hablar con ellos-

—¡Soobin, no lo hagas! No puedo aceptar eso. Necesito resolver esto por mi cuenta.

—¿Por qué? Te ofrezco mi ayuda, Gyu.

—Y realmente lo aprecio, lo hago. Pero por favor, entiéndeme—, suspiró de nuevo, tomándose más tiempo para hablar de nuevo esta vez. —Necesito demostrarme a mí mismo que puedo hacer esto.

Separé los labios pero antes de que pudiera hablar él me dio un beso para callarme. Aunque quería responderle, me rendí a su beso. Tenía algún tipo de poder sobre mí.

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De vuelta en nuestra habitación, sentí una especie de tensión, pero luego me di cuenta de que solo era yo. De repente me estaba concentrando en todas las cosas que extrañaría cuando Beomgyu me dejara: no más comidas juntos, no más estar despiertos toda la noche hablando y abrazados en mi cama y no más besos de buenos días o buenas noches.