Solo bi-curioso.- Butters

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Seguro que es la pubertad, piensa Butters. Y puede ser la pubertad nada más, pero no puede evitar sentirse como se siente. Antes no lo sentía tan a menudo, o quizás ni siquiera le importaba, pero cuando probó el ser Marjorine por primera vez algo cambió. Aunque también puede ser que tiene mucho tiempo libre, ya que se pasa la mayor parte de su vida castigado por sus padres.

Pero entonces algo, o más bien, alguien, entró por la ventana de la habitación, este le saludaba con una gran sonrisa que dejaba ver sus dientes, los cuales necesitaban de un dentista.

-Hola Kenny, ¿qué tal?- Preguntó Butters, sintiéndose un poco mejor al estar en presencia de su amigo, ese era uno de los poderes que él tenía.

-¡Mhh! Mmmh, mhhm mh- Como siempre, a este no se le entendía nada por estar en su común chaqueta naranja, pero esta vez menos ya que estaba hablando demasiado rápido.

-¿El qué..? Lo siento, pero no se te entiende amigo.- Acto seguido de sus palabras, Kenny se quitó la capucha, dejando ver su cabello rubio, aunque dejaba ver que no lo había lavado en mucho tiempo, a Butters le parecía lindo.

-Dije que estoy bien y que Stan y Kyle dicen que van a venir más tarde.-

-Espera, estoy castigado, no puede venir tanta gente. Me van a castigar aún más.- Dijo, un poco alterado.

-Entonces, ¿cuentos podemos?

-Máximo una persona que ocupe poco y que se pueda esconder rápido, ¿sabes?- Dijo el pequeño, bromeando un poco.

-Ja, pues entonces yo soy perfecto.- Continuó con la broma adentrándose en la habitación de Butters y tumbándose en su cama, la cual era mucho más blanda y cómoda que su colchón.

-Jeje... En fin, ¿viniste para algo especial?- Preguntó, quedándose enfrente de su amigo.

-¡Oye! ¿No puedo venir a darle una visita a mi queridísimo amigo el mantecas?- No estaba ofendido, es más, se estaba riendo un poco ante su propia pregunta.

Butters solo se río con él de eso. Él siempre ha sabido que a Kenny le encanta bromear, y eso en parte es una de las miles de cosas que le gustan de él... Como amigo.

Pero en ese momento los pensamientos de Butters volvieron a los que tenía antes de la llegada del otro niño a su habitación. ¿Qué puede pasar si se abre con él? Quizá... Quizá él también se sienta así y puedan confirmar que es solo la edad...

-Kenny, ¿te puedo preguntar una cosa?- Butters ya estaba pensando exactamente qué decirle, aunque inconscientemente tenía una cara de lo que parecía preocupación. O eso ve Kenny.

-Claro, ¿te pasa algo?- El de la chaqueta reprimió la típica broma de "ya me has hecho una pregunta" al ver la expresión de su amigo.

-No... Es que...- Y al mirar a los ojos de Kenny, se arrepintió.- No, nada. Era una tontería.

-¿Seguro? Sabes que puedes hablar conmigo de lo que quieras.- Dijo el alto, un poco extrañado del repentino cambio de opinión de Butters.

-Sí, está bien.- Dice mientras saca de un cajón una bolsa de patatas.- ¿Quieres?

Y así pasaron la tarde los dos amigos, para Kenny ya era una costumbre acompañarlo en sus interminables castigos y eso los volvió los mejores amigos que son ahora. Esta costumbre empezó cuando tenían unos 10 años y aún no eran tan amigos, jugando con unas estrellas ninja, sin querer, le dio en el ojo al pequeño y a costa de eso le castigaron sin motivo aparente, pero el de naranja se sintió culpable y se pasó el castigo con él, haciéndole compañía por una vez, aunque lo seguiría haciendo hasta el momento. Y de esa forma conoció a una persona demasiado buena.

Ya por la noche, los amigos se despidieron y Butters se volvió a quedar solo. Bueno, no totalmente solo, estaba con sus pensamientos.

¿Qué tal si... de verdad me pasa... eso? ¿Y si soy solo yo? Dice una de las muchas voces que escucha Butters en su cabeza. Espera, ¿pero que es eso exactamente?

Y otra vez la ansiedad.

-Inspira... un, dos, tres, cuatro... Expira...- Se decía a sí mismo el pequeño al verse en esa situación.

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No sé ya que hago con mi vida, en fin, fanfic que escribí en noviembre del 23 y me dio pena publicar.

El chicø de la esquina (bunny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora