Recuerdos

26 0 0
                                    

Estaba sentada en la vieja hamaca que cuelga del árbol de mi casa, un viernes por la tarde, viendo el atardecer, pensando en lo que podía hacer para mi trabajo de arte. En ese tiempo, yo era pequeña, tenía alrededor de quince años, y tenía tiempo para ir a clases de pintura. Mi tarea era representar lo que sentía, y, como toda chica que está pasando por la etapa en la que su cuerpo cambia y todas esas cosas, me sentía sola, muy sola. Sentía que mis amigas no me entendían, mucho menos mi mamá. Mi papá ni siquiera se encontraba presente. Mi mente siempre estaba en mis defectos y hacia que los recuerde una y otra y otra vez. Siempre me decía que todo lo que hacía lo hacía mal, o que no servía para nada, que era mejor si no existiera.

Es obvio que pasaban cosas peores, y que yo ponía mucho drama a la situación, pero era una adolescente, y eso es lo que piensan los adolescentes.                                                              


Y ahí estaba yo, sentada en esa hamaca que colgó mi papá mucho antes de abandonarnos. La madera ya se estaba pudriendo, y las cadenas que la sostenían estaban oxidadas, así que cuando me movía de un lado a otro salía de ellas un chirrido horrible. Tenía mi cuaderno de dibujo sobre mi regazo, con un pincel en la mano izquierda, y las pinturas a mis pies. Mi cabello largo y castaño colgaba hacia un lado en una trenza francesa que mi amiga me había hecho ese día en la escuela y terminaba atada en un lazo rojo, que combinaba con mi remera floreada y mi pantalón tiro alto.

No sabía qué dibujar y estaba empezando a impacientarme. Primero tenía que descubrir que era lo que sentía. ¿Pero cómo representarlo? ¿Cómo representar la soledad? Era algo un poco complicado.


Empecé dibujando un cuarto completamente oscuro, con una mínima luz blanca que sobresalía de una ventana en lo más alto de la habitación . Después, noté que solo había pintado una hoja de negro menos una de las puntas y pensé seriamente en abandonar esa profesión (cosa que después hice, aunque no por elección).


Estuve más tiempo sentada. Era verano, lo cual significaba que el sol terminaba de ocultarse alrededor de las nueve de la noche. Eran las siete y media. Tenía tiempo suficiente como para poder dibujar algo.

Necesitaba urgente un poco de inspiración. ¿Pero dónde encontrarla? Y en ese momento, recordé lo que dijo la profesora de arte la primer clase "Para crear una obra de arte es necesaria la inspiración. ¿Alguien sabe lo que es la inspiración?" Al ver que nadie contestaba la profesora siguió "La inspiración es eso que surge dentro de nosotros, no lo buscamos, viene en el momento justo, y es lo que nos ayuda a que las cosas salgan como deseamos, es algo verdadero, es la esencia de la vida. La inspiración es la nube que pasa, la sonrisa que brindas a los demás, esa frustración tremenda, lo que pudo haber sido y no fue, la belleza, la fealdad, la flor que muere, el pájaro que nace, un sentimiento ligeramente desesperado pero a la vez no, el amor, el amor no correspondido, la traición, el dolor, lo que se ve y lo que no se ve, lo que se quiere regalar, lo que se quiere alejar... La inspiración es tener algo que decir, lo que nos deja ser libres al momento de expresarnos..."


Y comencé a pensar, pensar en todo lo que me ocurría por aquellos años. Recordé, como nunca lo había hecho. El momento en el que mi papá nos dejó a mamá y a mí, y las noches enteras que pasé llorando en mi habitación . Recordé ser burlada en la escuela por no tener papá, por ser diferente al resto. Las cosas feas que me decían, con la maldad pintada en sus ojos. Cuando mamá perdió su trabajo y tuve que salir a buscar uno, a la edad de doce años. Los primeros niños a los que cuide, que fueron también los últimos. Cuando mamá cayó en depresión, y pasaba semanas enteras en el hospital. Tenía que cocinarme, lavarme, y hacer todo yo sola, a los trece. Y como mi vida volvió casi a la normalidad cuando mamá volvió a casarse con otro hombre. Cuando nació mi hermano Benjamín, que ahora tiene cinco meses.


Y así, mi mano fue deslizándose sola por el papel. Mi mente volaba y divagaba por los recuerdos más oscuros, ocultos en el fondo de ella, en donde nunca había entrado. Los había dejado bajo llave mucho tiempo, y quería liberarme de esa opresión que emanaba de mi pecho.


Pasaron las horas, y a las nueve en punto mi mama me llamó para comer.

"¿Qué has estado haciendo en todo el día?" Me preguntó. No le respondí. Tome en manos mi cuaderno y lo lleve a mi habitación en el piso de arriba.


Lo deje ahí, sobre mi escritorio, abierto en una de las últimas hojas que me quedaban. En donde acababa de terminar mi obra de arte. Un ave queriendo escapar de la jaula en la que estaba atrapada, mientras sus compañeras se iban volando sin mirar atrás. Dejándola ahí, sola, como si no existiera, como si no supieran que estaba encerrada y quería ser libre. Representando la soledad y la tristeza que pase esos años.

Entregue mi trabajo la semana siguiente y la profesora dijo que tenía talento natural. Mi obra de arte fue a parar a museos locales, y entre en varios concursos, los cuales he ganado en la mayoría.


Pero luego tuve que crecer, no podía vivir de la pintura. Comencé la universidad con una beca por mis excelentes notas y me recibí de contadora. Algo que odiaba, pero me terminé acostumbrando. Me casé y tuve tres hijos y cinco nietos.


Ahora, en estos últimos días de vida que me quedan (hace dos años que me detectaron cáncer en los pulmones) estoy escribiendo esto para las futuras generaciones. Para que aprendan a valorar lo que la vida les da, que no siempre es lo mejor, pero lo van a superar. Que la vida es una montaña rusa, con altos y bajos, pero recuerden: todo va mejorar. La vida es una sola, hay que saber aprovecharla, hagan lo que les gusta, opinen, exprésense. No dejen que nadie les diga lo que pueden hace. Y lo más importante, crean, tengan esperanza. La esperanza es futuro, manténganla intacta. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 06, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

RercuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora