Encendida.Apagada.
Encendida.
Apagada.
Encendida.
Apagada.
Encendida.
Apagada.
—¿Qué has hecho —dice mientras lágrimas corren por ambas mejillas.
Encendida.
Apagada.
—Siempre estaré para tí mi pequeña…— sus ojos color miel y una bella sonrisa dibujada en sus labios. Algunas hebras de su fino cabello rubio estaban esparcidas por toda su cara, la brisa era reconfortante.
Era primavera y las flores color rosa se movían con la brisa, el césped servía como una buena cama llegando hasta los muslos. Un vestido blanco con encaje a pies descalzos recorriendo todo el campo de flores.
Encendida.
Apagada.
Encendida.
Apagada.
Encen…
Las llamas estaban altas, la calefacción se había dañado. Tirada en el suelo sin quitar la vista de la chimenea, veía borroso, todo se escuchaba lejos, veo una sombra pasar cerca de mí, moviéndose de aquí para allá como si intentara buscar algo sin hallarlo. No puedo moverme, ni sentir, es como si el tiempo se hubiese detenido.
Encendida.
Apagada.
Encendida.
Apagada.
Encendida.
Apaga…
—Siempre, siempre voy a estar mi niña…—las manos le temblaban, las lágrimas caían como dos chorros sin cesar. Aquellos ojos alegres lucian apagados aquella noche.
No lo entendía.
Me atrae a su pecho, abrazándome con fuerza, mientras no paraba de sollozar y yo aún no entendía porqué.
Encendida.
Apagada.
Encendida.
Apagada.
Encendida.
Apagada.
—¿¡Qué hacías, eh!?.
No lograba reconocer el rostro de esa voz.
—Solo cocinaba, no tienes porqué ponerte así…
Un estrellón.
Brinco del susto, mi mano queda a mitad de camino por tomar la perilla de la puerta.
Encendida.
Otro estrellón.
Enciendo la luz subiendo a mi cama, tomo las sábanas y me cubro.
Apagada.
Las rosas que miraba desde la ventana se movían al compás del viento, al igual que el césped. Debían podarlo, ya estaba bastante alto.
Varias chicas estaban fuera, en los alrededores del psiquiátrico. Hoy no me apetecía salir, cada vez que lo hacía me perseguía. Aún no entiendo cómo supo que estoy aquí, ¿Cómo pudo entrar?. Quisiera poner mi mano junto a la ventana y sentir el tacto del vidrio, pero es algo que no puedo ya que la ventana tiene una reja que no lo permite.
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Valeria Martín © [✓] [EN PROCESO]
RandomEstos son los recuerdos de Valeria Martín. Valeria cada más se desgastaba. Nadie lo notó hasta que se vió totalmente consumida. Ellos eran don bombas, que estaban a punto de explotar. Historia de mi autoría. 31 de Julio del 2022.