QUINTA PARTE

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¡Bonjour!

¡Buena lectura!

En verdad disculpen la demora, les traigo un capítulo corto como compensación, prometiendo estar de vuelta más activa. Muchas gracias por la paciencia, espero que les guste. ¡Un beso!

La vida nunca antes había tenido colores tan vibrantes para Inés.

Ya habían pasado dos años desde que se cruzó por primera vez con su doctor fantoche y en ese tiempo la relación amorosa se había consolidado tan fuerte que Victoriano tenía planeada una sorpresa para ella.

Pensaba invitarla a pasar las vacaciones de otoño junto a su familia, ansiaba que ellos la conocieran y que Inés comparta con los suyos.

En su mente todo saldría perfecto, ya le había comentado a su hermana y a su madre que estaba en una relación con una maravillosa mujer.

Por supuesto que la madre del hombre ansiaba conocerla, siempre soñó con que Victoriano encuentre a alquie perfecta para su compañera de vida.

Victoriano nunca escatimaba en halagos al hablar de Inés, haciendo que la curiosidad por verla invada a la familia de este.

El doctor había comprado los boletos de avión, ya que su familia se encontraba en otro país y daba por seguro que Inés aceptaría.

Victoriano llegó al consultorio odontológico de Inés para esperarla.

En ese tiempo transcurrido, Inés volvió a recuperar la confianza y el amor propio.

Retomó su profesión y en compañia de Diana volvieron a trabajar juntas.

Al igual que se esmeró en llevar hábitos  saludables para mejorar su calidad de vida, ya no se veía tan pálida y su aspecto físico era el se una persona sana.

Lo único que la hacía sentirse insegura era la falta de ambos de sus senos y aunque para Victoriano no parecía ser problema a la hora de tener intimidad, ella se sentía incompleta.

Al tocar el asunto, el hombre enfatizó en que era una decisión que le correspondía a ella nada más, él no tenía por qué opinar sobre su cuerpo y de lo que ella pensaba se vería más estético en sí misma.

Al terminar con sus pacientes, limpiar y ordenar los materiales de su lugar de trabajo, Inés salió al encuentro de su amado.

No dudaron en fundirse en un apasionado beso cuando estuvieron frente a frente.

Diana al salir de su consultorio los encontró y fingió toser para separarlos.

- No coman pan frente a los que no tienen dientes -bromeó- ¿Cómo estás Victoriano?

-Muy bien, Diana. ¿Y tú? -saludó agachando levemente la cabeza y sonriendo- me gustaría robarme a tu compañera.

- Pero si ya me la robaste hace un par de años -manifestó la mujer riendo- desde que están juntos se ha olvidado de mi.

- ¡Eso no es verdad! -exclamó Inés entre averginzada y sonrojada.

-  Sí, claro -agregó la mujer con sarcasmo.

Los tres rieron.

- Pueden irse tranquilos que yo me encargo de cerrar el lugar -dijo empujándolos hacia la salida- nos vemos mañana Inés, es tu último día antes de que tomes unas vacaciones.

- Así es -respondió suspirando- nos vemos, querida.

Inés y Victoriano se marcharon caminando hasta el estacionamiento tomados de la mano.

¿QUIÉN ME HA ROBADO EL MES DE ABRIL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora