Desde muy pequeña tenía curiosidad por el bosque en la noche, al frente de la casa hay un gran bosque, mis padres no me permitían ir hacía al bosque ya que decían que era peligroso pero siempre tenía esa curiosidad.
Un día estaba con mamá en nuestro jardín cerca del bosque, estábamos regando las flores que mamá tenía ahí . Tenía en ese entonces 6 añitos cuando de pronto ví un montón de lucecitas brillantes de ellas venía una voz, esa voz era tan angelical era como de los mismos Dioses por su tono deduje que era de una mujer, no me resistí y mientras mamá estaba concentrada en sus flores comencé a seguirla entre más la seguía iba adentrandome más en el bosque de un momento a otro estaba lejos de casa y habían parado las luces y la voz se había callado.
Comencé a mirar a mis lados asustada, cuando de pronto de la nada apareció una mujer castaña con el cabello dorado y un vestido blanco y en el llevaba flores enredadas, en sus labios tenía una gran sonrisa pero no era maléfica era un sonrisa que daba tranquilidad.
— ¿Quién eres?—pregunte nerviosa
— Mi niña no temas, no te haré daño— dijo ella acercándose con cautela
— No puedo decirte aún quién soy pero puedo mostrarte — dijo ella
Pude ver de cerca sus ojos, eran verdes como el bosque y tenían un brillo especial
—No te acerques mamá dice que no debo hablar con extraños no te conozco— dije a la defensiva
— No soy una extraña pero no puedo explicártelo, aún no, pero puedo mostrarte toma mi mano y te mostraré si así lo deseas, no te haré daño confía en mí — dijo ella acercando su mano para que la tomará
Con cautela la tomé en realidad no tenía miedo pero no confiaba del todo
De sus manos saco un pequeño ramo de flores con varios colores no lo podía creer solo había susurrado unas palabras y en sus manos ya tenía
un pequeño ramo de flores—Toma son para tí princesita, tomalas y no las sueltes
— ¿Cómo pudiste hacer eso? Pregunté con curiosidad mientras las recibía
— Mi niña aún hay cosas que no puedes saber pero pronto las sabrás
— Está bien — dije asintiendo con la cabeza
— Necesito que cierres lo ojos un momento hay algo que no es prudente que veas aún dijo tomando de mi mejilla con cuidado
— ¿No me harás daño?— Dije con un poco de miedo
— Jamás te voy a hacer daño mi niña— Dijo dándome un beso en la frente
— Tengo que aceptar que eres muy linda— dije sonriendo— pareces una hada como las de la peli que ví con papá— Por eso creeré en tí las hadas no le hacen daño a los niños—Dije mientras cerraba mis ojitos.
Sentí como flotaba pero no abrí los ojos tenía las manos junto a ella y las tomaba duro, ella susurraba unas palabras mientras sentía como llegaba mucho viento, sentía como mi cabello se movía, cuando de pronto todo se calmo
— Ya puedes abrir tus ojitos pequeña
Los abrí poco a poco, era un lugar lleno de muchas flores habían pequeñas niñas jugando entre las flores, corrían y reían tiradas entre las flores.
— ¿Quiénes son ellas? pregunté mientras la tomaba de la mano y sostenía el pequeño ramo de flores
—Ellas son princesitas como tú, sus papás se han ido en un gran viaje y no volverán por un tiempo o tal vez no vuelvan, así que yo las cuido princesita
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Entre sombras seductoras
Teen FictionEntre las sombras de una noche Antonella se encontrará con una mirada oscura y seductora. Esa mirada la hará sentir cosas inevitables. Sus almas son totalmente diferentes pero con una oscuridad incomparable y seductora, sin ellos saberlos conectarán...