9 Viernes y unas cuantas cervezas

161 2 2
                                    

Ella me había regalado el cuadro, me tomó por sorpresa, no me dio tiempo de contestarle, me quedé helada unos segundos, camine hacia mi oficina, cerré la puerta atrás de mi, mis ojos se posaron sobre el cuadro colgado en la pared, y Laura no salía de mi mente, mis pensamientos giraban en torno a ella, a sus ojos, su cabello, sus labios, su perfume, su escote, sus piernas, aparté ese pensamiento, me dirigí a mis escritorio, ordenar documentos pero me puse a pensar que Laura había sido muy atenta últimamente, pero este cuadro significaba algo más...

Me puse frente a la lap para seguir con mi trabajo e intentar no pensar en el cuadro, pero no lo conseguía, lo que pensaba ahora, era el cómo agradecerle, ¿ir a su oficina? No!! Me ponía nerviosa de pensarlo, como colegiala a quien le llevan un ramo de flores y no sabe que responder, así me sentía, mandarle un correo, tampoco, era muy formal, en eso se me fue pasando la tarde, cuando por fin agarre valor y decidí ir a su oficina, daban las 6 en el reloj, primero fui al baño, me había estado aguantando las ganas, fui a su oficina, respiré hondo, toque su puerta y nada, ningún ruido, por segunda ocasión y mismo resultado, revise mi celular y tenía un msj de Laura, no me di cuenta, tenía 5 minutos y en el decía que se marchaba temprano hoy, y que para mañana quería un informe del proyecto en el que trabajaba, me regresé a mi oficina, un poco decaída, tenía ganas de verla y decirle lo mucho que me había gustado el cuadro, pero en fin, al otro día tendría oportunidad para hacerlo.

Me dormí pensando en cómo... pensaba en mi familia, los días de clase en la universidad, en mi trabajo, en mi oficina, en el cuadro y regresaba al punto de partida, sin más me quedé dormida escuchando un mix de noches de jazz en Paris en mi celular....

Viernes!!! Era el mejor día de la semana, me puse una falda rosa y una camisa blanca, y mi cola de caballo en mi cabello para no perder la costumbre, llegué temprano a la oficina, hasta le gané a Laura, me encontraba muy de buenas, ya sabía cómo agradecerle a Laura, la invitaría saliendo del trabajo a tomar un café o algo, y ya en confianza le diría el bonito detalle que tuvo conmigo, cuando desperté tuve esa maravillosa idea, el problema radicaba en como decirle, pero también ya lo había planeado, le mande un msj a Daniel.

Era las 10 am cuando Daniel paso a verme...

-y bien Abi, que tal tu día y porque me dijiste que era urgente que te viniera a ver ¿Ocurre algo con tu trabajo?

-no, me va muy bien afortunadamente, es otro asuntito, quiero invitar a Laura a cenar o un café o algo- le contesté dudando.

-quisiera preguntarte porqué, pero me va y me viene, y porque no la vas a ver a su oficina y le dices si ya tiene planes y ya está- me lo dijo mientras se revisaba las uñas sin tomarse en serio el problema que yo tenía.

-no no no, Daniel no me estás tomando en serio, Laura es Laura la conoces mejor que yo, quiero que me recomiendes un lugar de los gustos de ella, este no sé algún café o a cenar me entiendes- dije en tono preocupada, él dejo lo de sus uñas y miró a verme.

-ahora sí, necesito un poco de contexto¿no crees?-en eso él tenía razón...

-¿ves ese cuadro? me lo regaló ella y quisiera agradecerle por pedir mi cambio de departamento, por enseñarme, es algo que quiero hacer-mientras se lo decía volteó al cuadro, puso cara de asombro y se sentó en la silla delante de mi escritorio.

-dices ¿que ella te lo regaló?, me esperaba de todo un viernes por la mañana pero esto que me dices nunca, conociendola diría que es bueno, muy bueno- me desconcertó lo último que dijo.

-me parece bien que la quieras invitar por lo que tú quieras, pero a mí no me engañan creo que hay algo más y me intriga el resultado, pero no me hagas caso-

Sin bragas en la oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora