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NOCHE en la residencia de los Tamashi. Mika acababa de llegar y estaba por irse a dormir, sin embargo, su hermano parecía querer decirle algo.

Lo había estado pensando durante un tiempo, y si era sincero, quería evitarlo, pero la chica con la que se había estado viendo tenía razón en muchas cosas. Necesitaba tratar de encontrar algo con lo que pudiera acercarse a su hermana y poder sentir que su lazo no se estaba perdiendo; que Mika no se estaba volviendo una loca a la que no le importa nada más que ella misma. Y ese algo que tenían en común y que podía acercarlos era de lo que más odiaba hablar. Su pasado.

— Mika, ¿puedes acompañarme un momento?

— ¿Hm? ¿Para qué?

— Tengo algo para ti.

Un poco dudosa, la pelirroja se dedicó a seguir a su hermano hasta el garaje de la casa. Nunca entraba allí; lo tenía prohibido y tampoco le apetecía para nada hacerlo. Guardado en ese lugar aún estaba el auto destrozado en el que su madre perdió la vida durante ese accidente. Si era sincera consigo misma, le generaba un poco de ansiedad ver ese auto roto, y se preparó por qué su hermano no se deshacía de esa cosa.

Shikei, quien llevaba la llave para ese lugar en todo momento, desbloqueó la puerta con rapidez y Mika sintió un escalofrío recorrer su espalda. Aún al ver la puerta abierta, no se atrevió a dar un paso dentro.

— No te preocupes; el auto no está. — le aseguró Shikei. — Esta mañana, mientras no estabas, llamé y lo mandé a reciclar. No lo verás más.

—...Ah. — su alivio hubiera sido mucho más reconfortante si ahora no tuviera la duda de para qué la estaban llevando al garaje. — ¿Qué hay ahí, entonces?

— Tendrás que entrar y ver.

Sin decir más — y con mucha cautela — Mika dio el primer paso dentro de la habitación... y nada. Se sentía ansiosa, pero el auto del demonio no estaba ahí y eso le bastaba.

Lo que sí había era...

— ¿Una motocicleta?

— Mi motocicleta. — corrigió. — Es la que usaba cuando tenía tu edad... Shinichiro me ayudó a escogerla. En cuanto se enteró de que quería comprar una, me ayudó a elegir lo que él creía que era mejor. Claro que, desde que nos hicimos pareja, terminé por casi no usarla. Iba con él a todas partes en su moto. Sé que no tienes muy buenas experiencias con las carreteras y eso, pero... es vieja y ya no la uso; pensé que te sería útil... ya que te metiste en eso de las pandillas. Quiero que tú la uses.

— ¿Quieres que yo me suba al tipo de vehículo donde medio mundo tiene accidentes? No, dejando eso de lado. ¿Me estás dando algo que tiene tanto valor emocional para ti?

— Sí, Mika. Eres mi hermana pequeña; tú también eres importante.

— ¿No habrá otra razón detrás de esto? ¿Algo especial que me quieras decir?

𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑 𝙶𝚕𝚊𝚛𝚎 - 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora