Capítulo Único

7 1 0
                                    

Estaba como siempre frente a mi salón con un grupo de amigas, nunca fui una chica que creyera  en las casualidades y mucho menos en el amor, crecí al cuidado de mi padre, bueno, más bien el de mi abuela, mi padre siempre estaba trabajando en su despacho como abogado; mi madre murió al darme a luz, si bien nunca me hizo falta nada en cuestión económica pero en más de una ocasión me sentía totalmente sola, era cierto que tenía a mi abuela pero había cosas las cuales no podía contarle ya sea por pena o porque sabía que terminaría sermoneándome.


  Era mi última clase del día, después podría partir a mi casa pues hoy era mi cumpleaños número 16, mis amigas me habían dado algunos obsequios, entre ellos una rosa blanca que sabían son de mis favoritas y con la cual me entretenía en estos momentos, a pesar de todo, de antemano sabía que la única que me espera para celebrar es mi Abu Gaby como le digo de cariño pues mi padre estaba de viaje en España y no regresaría hasta dentro de dos semanas. Ya estaba aburrida, mis amigas no paraban de hablar de los chismes que corrían por el salón, la verdad es que a mí me importaba muy poco la vida de los demás, estaba dispuesta a volver al salón y terminar de leer el libro que traía.


Di un paso hacia tras y dirigí mi mirada hacia el salón de enfrente, ahí estaba, un joven de ojos color miel, tez blanca y cabello semi-largo y castaño, por alguna razón me quede observándolo de arriba hacia abajo, sin darme cuenta ya habían pasado los suficientes minutos como para que mis amigas notaran mi extraño comportamiento, solo alcance ver como se introducía dentro del aula y fue ahí cuando reaccione, ¿Cuánto tiempo llevaba parada ahí? No lo sabía y la verdad era que tampoco me importaba.


Gire mi cabeza hacia mis amigas las cuales me miraban de una forma extraña pero no le tome importancia y me dirigí a mi lugar dentro del salón, ¿Por qué mi corazón comenzó a latir tan precipitadamente al ver ese joven? ¿Es que acaso lo había visto en algún lugar pero no lo recordaba? En eso estaba cuando mi profesor entro y se dispuso a dar la clase del día, todo se volvió tan confuso con solo ver a ese chico pero de una cosa estaba totalmente segura, lo quería volver a ver.


La clase había terminado y todos se dirigían hacia la salida del plantel, yo fui la última en salir del aula, no tenía mucha prisa en llegar a mi casa además de que era muy seguro que conociendo a mi abuela como la conozco lo mejor era darle tiempo para que me prepara todo lo que ella quisiera. Al salir ahí estaban mis amigas esperándome como siempre, después de una rato comenzamos a caminar rumbo a la salida, todas estaban hablando de la tarea de hoy, de cuan eterna se les hizo la clase y de otras cosas más a las cuales no preste ni la más mínima atención pues seguía pensando en aquel chico de ojos lindos, por inercia gire mi cabeza hacia el lugar donde lo había visto, ahí estaba el, viéndome, no sabía que hacer solo detuve mi andar y seguí contemplándolo como el a mi hasta que reaccione,¿ qué estaba haciendo? ¿Por qué lo estaba mirando? Lo único que hice fue bajar mi mirada y apresurar mi paso para alcanzar a mis amigas, me sentía avergonzada de que me haya visto, sentí mis mejillas arder lo más seguro es que estuvieran totalmente rojas de la pena, pero, por alguna extraña razón, la única forma que encontraba para expresar lo que sentía, era atreves de una sonrisa.


Ya habían pasado dos semanas desde mi encuentro con el chico de ojos lindos y todos los días, en mi última hora de clase, antes de que llegara mi profesor, salía del salón con la esperanza de verlo, para mi suerte siempre estaba ahí en el mismo lugar donde lo conocí, platicando con los que yo suponía eran sus amigos, aun no descifraba que era lo que sentía al verlo, ¿amor? Eso era imposible, no lo conocía, solo de vista además de que yo no creo en eso del "Amor a primera vista", eso solo pasan en las películas y libros, ¿obsesión? No lo creo pues tampoco es como si lo siguiera a su casa o no dejara que alguien se le acercara ¿Gusto? Tal vez, era lo más seguro ya que a pesar de todo sentía que al ver esos ojos los mares podrían secarse, los desiertos sufrir diluvios, los glaciares derretirse, la tierra explotar en miles y diminutos pedazos de materia cósmica y yo no lo notaria.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 06, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Esto es... ¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora